¡Por fin estamos en casa! Ha sido un día largo y muy internacional: Ourense, Portugal, Alemania y, finalmente, Escocia. La ruta hasta Oporto fue muy llevadera y aguantaron como valientes charlando y riéndose allá al fondo del bus, mientras cotilleaban de sus cosas y revisaban los mapas caseros que les entregamos con las ubicaciones de sus domicilios y las diferentes rutas del bus desde casa al cole y desde el centro a su casa.
Una vez llegamos a Oporto nos despedimos de Gonzalo, nuestro conductor, y dimos la bienvenida a Alberte que se nos presentó allí pues estaba disputando el Eixo Atlántico (un torneo entre Galicia y Portugal). Unas partiditas de cartas al asesino, unos paseos por el renovado aeropuerto, unas clases del famoso cubo de Rubick, varias visitas a los baños, … y se nos fue la noche; de manera que al poco tiempo la azafata abría el mostrador de Lufthansa y nos tenía los asientos reservados para el grupo todos juntos y no prestó demasiada atención al peso de las maletas. De todas formas, hay que mencionar que la campeona y más “pesada” fue Antía con un bulto que superaba olgadamente los 23 kg.
El vuelo hasta Frankfurt nos pasó desapercibido pues todos se quedaron dormidos en cuanto acomodaron sus posaderas en los asientos del avión. No nos enteramos ni del desayuno y en poco más de dos horas estábamos aterrizando en el país que repudiaba nuestros pepinos. Largo paseo desde la zona A hasta la B, donde embarcábamos para Edinburgh y, unos, primera visita a McDonalds para desayunar algo calentito, otros a por agua y Beatriz a buscar un adaptador que de verdad funcionara en Gran Bretaña, y no la birria que se trajo. Aprovecharon para hacer la espera para hacer las llamadas de rigor y a las 12.10 despegábamos. El vuelo que debía durar unas dos horas se redujo a una hora y cuarenta minutos.
Ya estamos en Edinburgh. Un monitor de Sheffield nos espera en el hall y nos traslada
al bus con nuestro equipaje, que había salido sin incidencias. ¡¡Eh, que al bus se sube por la otra puerta!! ¡¡Esa es la del conductor porque aquí se conduce por la izquierda!! Llegamos al cole y nos invitaron a unos sándwiches de esos raros que comen los ingleses, con unas patatas, unas frutas y un mini-kit-kat que nos levantaron un poco el ánimo, y los que no eran adecuados a nuestro gusto acabaron en la basura. Tras esto unas breves instrucciones respecto a lo que resta de semana y sus actividades, un ratito a la enorme sala de ordenadores para poner al día nuestro Tuenti y Facebook y luego todos a casa.
Mañana quedamos a las 09.00 para ir a visitar el Castillo de Edimburgo y luego comer y hacer los tests de nivel por la tarde. Esta semana tendremos clases por la tarde y las actividades serán matinales. La próxima semana será al revés, al estilo clásico español.
Hay unos 300 alumnos en total entre españoles, italianos, franceses y otros que irán llegando esta semana.
Estamos tan agotados que hemos decidido prescindir de ir a la disco esta noche… ¡¡por decisión de ellos!! Al pobre Javi le vuelven a doler los oídos igual que el año pasado y le dimos una pastilla que traía Alba para paliar un poco el problema pero parece que no termina de hacer el efecto deseado. Es todo influencia de la presión del avión. Si mañana no remite el dolor iremos al médico.
Se nos cierran los ojos, así que mañana más … zzz … zzz… zzz
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