lunes, 18 de julio de 2011

18/07 Ghost Tour

 

 

P1060926 ¡¡¡¡UUUUUUhhhhhhh!!! ¡¡Qué miedo hemos pasado hoy!! El otro día, en un rato que quedamos libres, reservamos un tour por la Royal Mile dirigido por una guía española, por aquello de que no se perdieran nada de las historias.

No olvidemos que Edinburgh es una ciudad muy antigua dividida en dos partes, la Old Town (barrio antugüo) y la New Town (parte nueva) La zona antigua estaba rodeada por una muralla y en lo que hoy son los famosos Jardines de Princes Street había un lago que cumplía varias funciones al mismo tiempo: reserva de agua potabe, cloaca a la iban a parar el “agua va” desde los callejones, cementerio de brujas y todo tipo de animales, etc. Así que os podéis imaginar la calidad del agua. La vieja ciudad estaba estructurada en “espina de pez” desde la columna vertebral de la Royal Mile surgían callejones a derecha e izquierda que conformaban las estrechas calles. Al estar construido sobre un antiguo volcán, por los lados solo había escarpados precipicios, y por el otro lateral estaba el lago, así que la ciudad se expandió hacia arriba y los callejones eran muy estrechos, en ocasiones de menos de un metro de ancho. De hecho se dice que fue Edimburgo la cuna de los rascacielos. P1060922 En el siglo XVII la ciudad fue arrasada por la peste negra ocasionada por las ratas y pulgas y la población se vio diezmada drásticamente. Luego, la urbe se transformó y se dragó el viejo lago y en el fondo aparecieron todo tipo de cadáveres: animales, personas asesinadas e incluso suicidas. Con el crecimiento de la ciudad la parte más profunda quedó sepultada y se construyeron puentes y casas pegadas a esos puentes, con lo que los viejos arcos se convirtieron en almacenes y posteriormente en insalubres refugios para indigentes. Durante el gran incendio que asoló la ciudad mucha gente quedó atrapada en esas criptas y fallecieron por el calor y se supone que sus almas aún recorren esos subterráneos.

P1060927 Tras recorrer la parte superior de de la ciudad nos internamos en una de esas criptas y allí nos contaron todo tipo de historias sobre espíritus y fantasmas con los consiguientes sustos y ruidos extraños que nos dieron más de un sobresalto. Los chillidos seguidos por las risas nerviosas y la cháchara histérica fueron una constante a lo largo de todo el recorrido, donde además nos dieron cumplida cuenta de todos los métodos de tortura más utilizados en la época.

 P1060933 Como fin de fiesta nos invitaron a unas galletitas escocesas para sacar el mal sabor de boca y a los profes a un chupito de whisky, que para eso estamos en su tierra. Así que nos fuimos riéndonos de todo lo que habíamos vivido, pero los más asustados fueron Sandra, Ana, Bea, Alex, Ester y Reyes, que se dejaron la garganta en la experiencia.

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