sábado, 28 de julio de 2012

27/07 Splash Down y Bowling

 

DSC_0432 Se nos van agotando los días y, al igual que los ingleses han hecho con el “opening” de los Juegos Olímpicos, nosotros también estamos descontando las jornadas; y los chicos, ahora que ya habían cogido el ritmo, son los que menos ganas tienen de irse y comentan “se nos ha pasado volando”, “pero si ya no nos quedan días”, “ahora que ya me había acostumbrado”, “¡¡podíamos quedarnos una semana más!!”… La verdad es que tienen razón. Para que la pena no fuese tan grande, hoy les he dado a cada uno 50 libras que nos sobraron de las 150 que me entregasteis al salir, las otras cien se nos fueron en el tren a Southampton y la correspondiente visita al museo del Titanic, bono-buses, premios y cumples, laser-quest, Londres con sus billetes de metro y la visita al London Dungeon y en el día de hoy. Así que con nuestras recién recibidas 50 libras y con las evaluaciones del Trinity en el bolsillo nos subimos al bus.

Hoy teníamos un día muy intenso por delante, no sólo por lo que íbamos a hacer, sinoDSC_0476 también porque librábamos una jornada escolar y su correspondiente “rancho” en la cantina. Pra hacerlo más cómdo, decidimos contratar un bus para el día que nos transportó directamente a Splash Down. Nuestra entrada estaba programada para las 11.00, pero a las 10.00 ya estábamos en Tower Park, un complejo de ocio en Poole; así que con tiempo por delante nos fuimos a tomar un café, pero ellos no pidieron café… ¡qué va! A las 10.00 ya estaban comiendo bocadillos del Subway rellenos de bacon con queso, o pollo, o jamon de york… El único que se tomó su correspondiente cafecito ha sido su “group leader”, y yo era el raro de la “manada”, vamos “el patito feo”. Con la barriguilla llena nos fuimos al pequeño parque acuático cubierto que se encuentra en el lugar. Aquí disponen de diferentes toboganes, ríos, piscinitas, etc. todo ello con agua climatizada, aunque a veces se nota un poco el fresquillo inglés cuando sales a probar los toboganes exteriores. La mayoría pululamos de una atracción a otra, pero un grupo se hizo fuerte en el jacuzzi gigante y de allí no los movió nadie; tanto es así que salieron arrugadillos de tanta agua y burbuja, pero relajados.

Tras dos horas largas de remojo el hambre volvía a ser acuciante, así que fuimos desalojando a las 13.30 para acceder al Pizza Hut, donde habíamos reservado mesa para 32 durante el almuerzo, que es cuando disponen de “barra libre” de pizza, pasta o ensalada. La ensalada y la pasta sufrieron poco daño, pero el pobre cocinero no era capaz de mantener el ritmo de estos devoradores de pizza; daba igual del estilo que fuera: simplemente de queso, o con peperoni, o vegetal, o de carne, o con pollo… Durante media hora comieron como si se les fuera la vida en ello. Había que rentabilizar el dinero gastado. Alguno alcanzó la cifra de unas 12-15 porciones.

Saciados como Asterix y Obelix al final de uno de los banquetes con los que terminan todos sus cuentos, había que hacer la digestión y para ello nada mejor que una partidita de bolos. Estos eran muy peculiares, porque se llevaban a cabo en una sala parcialmente a oscuras que por iluminación tenía unas luces de neón, tipo discoteca, y las bolas y bolos brillaban en la oscuridad. Elegantemente ataviados con sus zapatitos para la ocasión, comenzaron sus partidas, en las que el máximo anotador fue David con unos 120 puntos. No es de récord pero tiene su mérito; y más aún después del show del Aserejé de ayer. Al finalizar repartimos DSC_0504 los premios a los ganadores: Carlos por ser el mejor francotirador del Laser-Quest del curso y David por haber derribado más bolos que nadie. Así que cada uno salió ataviado con un gorro especialmente diseñado para la ocasión, si a los ganadores del British Open les ponen un chaqueta verde pues nosotros un gorro de fantasía… ¡Y tan contentos!

Nuestro bus nos esperaba a las 14.15 en el punto acordado para devolvernos a Talbot Heath, justo para los taxis y para que se pudieran despedir de algunos, hacerse fotos con otros o simplemente relajarse un rato antes de volver a casa para cenar, aunque hoy “poco daño” le iban a hacer al menú doméstico nocturno. Ahora toca descansar porque mañana estaremos en Bath todo el día y el despertador sonará a las 05.45, como cada sábado.

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