sábado, 21 de julio de 2012

21/07 Oxford

 

DSC_0116 ¡Qué, cómo, no es posible que ya sean las 5.45! A levantarse deprisa porque el taxi llega en 45 minutos… e infalible el caballero con puntualidad británica toca suavemente con los nudillos en la puerta para evitar despertar al resto de los habitantes de la casa. Raquel y Aline ya están acomodadas y amodorradas en la parte de atrás, así que en diez minutos nos reunimos con los que se nos han adelantado en Talbot Heath, nuestro cole. Alegría, poca, pero sueño y pereza un montón. Sara y Sandra, según nos cuentan, se despertaron cuando el taxista llamó a su puerta y con la tensión del momento, Sara perdió una lentilla. Anécdotas aparte, en cuanto estamos todos nos mandan a nuestro bus y lo primero acolchar y acomodar los asientos para prepararse una buena cama para las dos horas que nos quedan por delante hasta destino. El run-run del motor fue la nana perfecta y traqueteo del autobús nos fue meciendo hasta que caímos en un profundo sueño. No se oía nada, salvo algún ronquido, o respiración profunda.

DSC_0138  Oxford es considerada la segunda mejor universidad británica, tras Cambridge, y la décima del mundo; salvo estas dos, las ocho restantes son americanas: Harvard, MIT, Berckley, Princetown, Stanford… La ciudad es un maremágnum de facultades que ocupan una extensión enorme, no solo por sus imponentes edificaciones sino también por los campos que los rodean. Es como trasladarse a un Santiago de Compostela, pero a lo neogótico. La primera parada de estos peregrinos fue en Carfax Tower, el campanario de una antigua iglesia y que marca el límite de altura de cualquier edificio de la ciudad, es decir, nada puede superar los 23 metros. (Siendo honestos, esta fue la segunda parada, porque anteriormente hubo que detenerse para algo más mundano: los aseos.) Tras Carfax, continuamos por Cornmarket Street, la calle peatonal por antonomasia y que transcurre de norte a sur con tiendas y más tiendas a cada lado, hasta llegar Martyrs’ Memorial, dedicado a tres mártires ejecutados allá por 1850. Giramos hacia Bodelian Library, donde se guardan una gran parte del material bibliográfico relacionado con las artes y en cuyo claustro se representan obras de teatro de la literatura universal; en esta ocasión era Hamlet. A la puerta de este imponente edificio se encuentra el famoso Sigh Bridge, dicen que una copia del puente de los Suspiros en Venecia.

Todos seguían con atención las explicaciones de Jared, pero también toda la parafernalia que exigía el rodaje de la película que se estaba llevando a cabo por los aledaños de Radcliffe Camera, que es el lugar donde se celebran las diferentes graduaciones de los alumnos de esta universidad.

DSC_0123Son las 11.30 y nos apetece un café, así que nos concedemos 90 minutos para tomar al asalto los diferentes “restaurantes” de comida rápida y aprovechar el tiempo para comprar recuerdos de tan renombrado lugar. A las 13.00 casi todos puntuales, salvo María y María, que se liaron al comprar camisetas (1 pound) y Carlos (ya por segunda vez, aunque en esta ocasión por solidaridad) y la tercera María que con su obsesión por Starbucks los cafés le acaban saliendo caros (2 pounds cada uno).Ya tenemos para una buena pizza.

Fuera de programa decidimos reservar para visitar Christ Church College; este es el único que entre sus muros incluye una catedral imponente y muy deseado por todos los adolescentes por ser la inspiración de J. K. Rowling para el comedor de su archiconocido mago. Lo que ellos no sabían es que entre sus muros residió también Lewis Carroll (en realidad llamado Charles Dogson), autor de Alicia en el País de las Maravillas, y que parte de sus personajes, localizaciones e incluso objetos que aparecen descritos en su conocido cuento infantil formaban parte del mobiliario del College. También es importante reseñar que de sus aulas han salido trece primeros ministros británicos, aparte de ser el plató de muchas películas, entre ellas últimamente “La brújula dorada” o, según los “peregrinos”, la española “Fuga de Cerebros”.

Hemos tenido uno de esos días de agradecer, tranquilos,DSC_0183 con tiempo para todo y con una  temperatura ideal; así que agotados regresamos al autobús, haciendo una parada previa en el supermercado para tener provisiones para mañana en Londres. Una vez más el agotamiento rindió a los viajeros que se transportaron en los brazos de Morfeo hasta Bournemouth.

Mañana Londres. Hemos hecho seis equipos con sus correspondientes capitanes para que nos resulte más sencillo hacer los recuentos y hoy hemos entrenado: los monitores se han quedado impresionados del resultado. ¡¡A ver mañana entre tanta estación de metro!! Os mantendré informados.

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