Al llegar esta mañana al colegio, la tensión flotaba como la bruma sobre los pasillos; hoy comenzaban los tan “temidos” exámenes del Trinity. Había dos examinadores diferentes: “ella y él o el señor y la señora”. “¿A mi con quién me toca? “, “¿Y a mi?”, “¿A qué hora dijiste que iba yo¿?”, “¿Me revisas mi topic?”, “¿qué le digo al entrar?”, “¿Me acompañas?”. Todo era incertidumbre. En cuanto pasaron los dos primeros la incertidumbre se convirtió en autosuficiencia y de ahí a la absoluta confianza no había distancia. Mientras esperaban a la puerta no pasaban los minutos, pero una vez dentro no les daba tiempo a nada y hubieran continuado sin problema.
En principio todos salieron bastante contentos de la prueba, además los examinadores les daban mucha tranquilidad, les sonreían y procuraban no ponerlos nerviosos haciéndoles preguntas muy claras y vocalizando mucho. Esto nos llevó toda la jornada. Algunos, a los que les tocaba el examen el jueves, bajaron al centro con los monitores o se fueron a las actividades deportivas hasta la hora del almuerzo. No olvidemos que nuestras clases son por la tarde.
Tras la comida, se fueron a clase salvo aquellos que tenían la prueba por la tarde. Mañana tienen que hacer el “talent show”, así que están preparando diferentes actividades para la jornada que nos espera.
Una vez terminada la cena, según el programa, tocaba “The battle of the beach”, por lo que creíamos que habría torneos deportivos tipo voley-playa, fútbol, o … cualquier cosa de ese tipo… pero no; era mucho más complejo. Primero, tras el paseo de 30 minutos hasta la playa, nos dividieron en 9 equipos al azar. Tras esto llegaron las pruebas a golpe de silbato: un pitido, sentados en círculo; dos pitidos: hacer una pirámide; tres: enterrar a uno en la arena; cuatro: meterse en el agua y hacer un corro; cinco… Pero el más divertido fue el de coger una manzana con la boca de un cubo grande de agua y luego encontrar un caramelo en un recipiente lleno de harina o lanzarle huevos a un monitor con sus “partes castas” y su cabeza cubiertas con sendos cubos y una diana en el pecho… En fin que ha sido una noche diferente en la que los equipos estaban formados por gente de diferentes nacionalidades y la única manera de entenderse era en inglés. Para finalizar un bañito rápido: ellos afirman que “estaba muy buena” pero yo no he osado ni a mojar un pie. Me he acercado sólo para hacer unas fotos, pero ellos empapaditos que han vuelto para casa. Recomendación: una buena ducha caliente al llegar o mañana toca visita médica.
Mañana nos quedan los últimos Trinity por hacer y luego las últimas clases, porque el viernes nos lo tomamos libre, pero eso ya será otra historia.
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