Como cada mañana el taxi no se hace de rogar y a veces incluso tenemos que tomarnos el té hirviendo porque ya está llamando a la puerta. La jornada es un poco especial por dos motivos; por una parte, se van a incorporar unos cien alumnos nuevos, así que hay que ver qué aspecto tienen, si hay chicos o chicas guapas, sus nacionalidades, etc.; y por otra, estrenamos escuela pues nos trasladamos desde el edificio habitual al enorme colegio con su piscina, un gimnasio, un polideportivo cubierto y enormes zonas verdes con sus correspondientes pistas de tenis y campos de fútbol. ¡¡Imaginaos como es de amplio que lo primero que hicieron fue darnos un tour de media hora para que fuésemos viendo las diferentes dependencias e instalaciones, y no lo vimos completo!!
Llegamos y los “nuevos” estaban ya allí listos para hacer su prueba de nivel correspondiente; el hecho de que haya más gente implica rehacer los grupos establecidos, así que les han reasignado nuevos profesores y aulas, aunque según el nivel de inglés que les corresponda. Esta semana tendremos clase por la tarde, de manera que las actividades serán por la mañana desde las 09.00 hasta las 12.15. Estas irán rotando y serán todas en el colegio: drama, sports, arts & crafts, etc, salvo el miércoles que visitaremos Jurasic Coast, pero ya os hablaré de eso cuando llegue el momento.
Durante el rato que duraron las actividades se lo pasaron en grande porque el profesor de drama es estudiante de artes escénicas y les hace ejercicios de vocalización e interpretación muy interesantes para utilizar correctamente la voz. Durante el torneo de “rounders” (un beisbol desmejorado) la emoción fue intensa porque, al principio no entendían las normas y, cuando las comprendieron tras un buen rato jugando, porque todos querían ganar. El plan de actividades es por clases de nivel de inglés compartidas con los alumnos de otras nacionalidades y monitorizadas por uno o varios miembros del “staff”, lo cual enriquece su vocabulario y expresión.
La comida fue mejor y más organizada que la semana pasada (mañana os pondré algunas fotos) y el comedor mucho más amplio. Cada uno con su bandeja va pasando por la ventanilla y les van sirviendo: bocadillo de atún, patatas fritas calentitas, un dulce o manzana y ensalada variada de la que cada uno se autoabastece. Al terminar devolvemos la bandeja a su lugar y tiramos a la basura los restos.
Ahora a clase, mientras Cristina y yo solucionamos pequeños flecos que van surgiendo, como localizar la cartera de Saúl, que todavía no ha sido entregada. Al finalizar todos están encantados con sus clases y cada uno ha sido asignado al nivel que le corresponde con exactitud, con lo cual nos toca retomar los taxis, pero mientras esperamos nos reímos un rato jugando o diciendo tonterías. Aunque nos apartamos un ratito para hablar de los planes de la semana para que vayan informando a las familias.
Tras la cena saldrán a pasear por el barrio y a jugar su pachanga de fútbol mientras los más perezosos observan desde el tendido.
Felicidades por el buen trabajo que realizáis; ver a los chavales tan contentos es el mejor síntoma de que las cosas se hacen bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Toño