La tropa a punto de abandonar la famosa capilla de Rosslyn |
El día del misterio comenzó como como cualquier otro día, aunque en esta ocasión la lluvia fue intensa por momentos. A pesar de todo, a ellos no les afectó porque por la mañana estaban en clase.
Tras uno macarrones con tomate calentitod, nos fuimos en el bus "tipo avión" con sus cinco asientos por fila y que cada vez nos tesulta más incómodo. "A mi aquí no me cabe el culo", dice Analía. Bien ataditos emprendemos camino a Rosslyn Chapel, a la que Dan Brown colocó en el mapa con su famoso Código da
A Sara se la tragó una gárgola |
Vinci donde se supone que están enterrados los huesos de Cristo. Es una capilla muy interesante, no solo por la temática literaria, sino tambien por el precioso interior de elaborada cantería. Allí una guía nos dio una charla y conocimos la historia del maestro cantero que mató a su aprendiz por hacer una columna más bonita, las cruzadas, los masones y vimos al famoso gato negro y blanco que dormita en los bancos o merodea por los jardines. De hecho se venden peluches gatunos en la tienda.
Pánico en los ojos de Ángela |
¿Algún ente extraño a la vista? Observad bien los ojos |
Tras esto teníamos el plato fuerte: The Witchery Tour. "Bienvenidos a la nave del misterio" que diría Iker Jiménez. Gina, una joven chilena, se nos presentó a la hora acordada y tras asegurarnos que ni Jacobo ni Alejandro o Eva se rendirían, comenzamos el paseo. Recorrimos durante una hora los callejones de la ciudad vieja y el cementerio de Greyfriars donde un montón de truculentos y sanguinarios acontecimientos tuvieron lugar a lo largo de
los años: asesinatos, torturas, catalepsias, almas entre dos mundos, para finalmente bajar a las "vaults" (sótanos). Allí volvimos a darles la opción de esperar fuera y Jacobo y Alex emprendieron camino a la puerta pero "rendirse es de cobardes" y abrazados recorrimos diferentes estancias donde descubrimos el lugar donde Annie aparece o la familia torturada por brujería. Había tantos nervios en la oscuridad de los corredores que se abrazaban unos a otros y nadie quería quedarse atrás.
El perrito Bobby atacado por la masa |
Bobby tras nuestro paso |
Finalmente subimos a la superficie y se hizo la luz. Nos despedimos ee nuestra guía con risas nerviosas y nos fuimos a cenar con los nervios carcomiéndonos el estómago, como en la tortura de la rata que nos contaron.
La duda estaba entre KFC o cualquier otra opción. Es obvio que ganó cualquier otra para parte de ellos porque Belén decidió no volver a la cadena americana de pollo tras la desafortunada experiencia de la semana pasado cuando unas horas después de disfrutar de sus muslitos picantes se le hizo de día sentada en el inodoro.
Nuestra amiga Gina tras el sufrido tour. Jacobo y Alex felices tras haber sobrevivido |
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