07.15. La mayoría apostados en el lugar estratégico acordado: "La I", que se refiere al punto de información turística situado al lado del Balmoral Hotel en Princess Street. Algunos muy generosamente dan limosna a un ex-soldado de la Guerra del Golfo, quien al rato desaparece y vuelve con un bocadillo y un café y les da las gracias por el desayuno
07.20: Aparecen dos señoritos en taxi: Miguel y Gonzalo (Mickey y Goofy, para los amigos). Resulta que a estos dos "sobradillos" los trae el señor de su familia. También aparece la dubitativa Lucía, temerosa de no llegar puntual.
07.30: ¿Estamos todos? No, falta Ángela. Llamada telefónica y whatApps. ·Estoy en la noria", dice. A unos 100 metros, esperamos y esperamos y esperamos y a las 07.35 nos vamos todos salvo Adrián que queda a esperarla. Está claro que no tiene la velocidad de Candela persiguiendo buses.
07.45: LLegamos a nuestro bus. Somos unos 55 pasajeros. Ni un asiento libre. Al volante, Colin, y al micro Eva, con 20 años de experiencia experiencia como guía en las Highlands. ¡¡Dios!! ¡¡Qué palizas!! ¡¡Hablaba más que una cotorra mojada!! De historia, de geografía, de arte... pero y de para que valen las alpacas de forraje o de que color son las flores de los tojos o donde vivía su dentista o si su marido se cruzaba con muchos ciclistas de camino al trabajo. Pobre Colin, ¡¡cómo esta sea su compañera de viaje cada día!!
09.30: Total que entre unas historias y otras, llegamos a Pitlochry: mini-parada para un café y un pis... "¡¡Ostras, está a 30 p la meada!! Pues yo lo hago de campo", dicen. Es una ciudad pequeña dedicada al turismo que sube a las Highlands con una calle principal llena de comercios varios, muchos de ellos aún cerrados a esa hora. La mayoría se hicieron con unas amorosas bufanditas a muy buen precio, para combatir el aire acondicionado del bus... "después se la regalo a mi madre", dijo alguna.
11.15: Estamos en Inverness, pero no paramos porque queremos llegar al barco; entretanto Eva (la guía) sigue hablando y hablando y hablando... Gran parte del pasaje va durmiendo a ratos pues la buena de la mujer tiene voz de "acuna-niños". Bueno todos no duermen; tenemos delante nuestra a un oriental que pegó el móvil al cristal en Edinburgh y 11 horas después seguía grabando. Nos preguntamos el tipo de batería que llevaba y, pobre de la familia o amigos que viesen el vídeo, porque como fuese de esos que te dicen "Ven a tomar un café a casa y te enseño la peli de las últimas vacaciones" mejor huye como si no hubiera un mañana. Por otra parte, teníamos cerca dos desconocido que se sentaron juntos por obligación al no quedar más asientos libres: lo que comenzó con un "¿me puedo sentar aquí?" se convirtió a lo largo del trayecto en un diálogo que constante que competía con el monólogo de Eva. "Aquí hay tema" decía Analía, "this is the love bus"
12.00: LLegamos al barco y disfrutamos de una magnífica mañana mientras navegábamos sobre Loch Ness a la caza del monstruo. Aquí aprovechamos para tomar algo de comer y hacer un montón de fotos, sobre todos al llegar al Urquhart Castle, la edificación más famosa al borde del lago.
13.30: Seguimos camino sur desde que abandonamos Inverness y alcanzamos Commando Memorial, un monumento a todos los soldados que se encuentra al pie del monte más alto de GB: Ben Nevis (1345 m), si pensamos que Manzaneda está a unos 1700, podemos entender por qué el esquí aquí no es uno de los deportes que mueva masas.
15.00: Pasamos Fort Augustus y luego Fort William, donde hacemos una nueva parada. Aquí un grupo de veinteañeros se compran una botella de whisky, que al final no les sentó demasiado bien y acabaron confundiendo el bus con un pub y ciertos desencuentro con nuestra tropa por el ruido. A todo esto pasamos Glencoe, escenario impresionante, pero no paramos porque el tiempo no lo permitía. Aún así el chino seguía grabando y la pareja de "First Dates" continuaban charlando animadamente.
19.00: Aparcamos al pie del Castillo de Edinburgh después de haber realizado unos 400 KM en 11 horas. No nos dio tiempo a disfrutarlo demasiado porque casi todo lo vimos desde el bus, pero nos llevamos una impresión general de las Highlands y de lo demandada que está esta zona de turistas, senderistas, moteros y ciclistas. Finalmente, al chino le aguantó la batería y nuestra "parejita" se fue cada uno por su lado con una sonrisa y "bye bye"
Que gran aventura la de ustedes, me encantaria hacer lo mismo con mis amigos y documentar todas mis vivencias de viajes, asi como lo hacen ustedes en este blog.
ResponderEliminar