domingo, 10 de julio de 2016

09 VANCOUVER ISLAND

Menuda nochecita de lluvia hemos tenido, aunque lo bueno es que luego nos permitió estar al aire libre todo el día.

A las 09.00 una parte de nosotros estaba en Waterfront Station esperando a que otra parte del grupo llegara desde Park Royal con el bus para recogernos y acercarnos al ferry que nos trasladaría a Vancouver Island.

La travesía duró una hora y media larga y nos entretuvimos comiendo sushi unos y otros paseando por el barco, unos cuantos aprovechamos para hacer fotos e intentar avistar desde cubierta alguna ballena, delfín o animal tipo del Estrecho de George. A duras penas pudimos ver un gran grupo de focas blancas holgazaneando en un peñasco y un barco de turistas dando vueltas y sacando fotos. Mucha charla, mucha risa contando las peripecias de cada cual con las familias, alguno que otro estrechando lazos con los de otros grupos y luego estaba Antia, que se quedó dormida en la butaca. Todo esto edulcorado con unos Skittles (golosinas) que las monitoras nos repartieron a todos.

A la llegada nos desplazamos a Victoria, la capital, y lo primero fue ir a comer algo. Había una zona llena de food-trucks con comidas de diferentes estilos, de manera que unos se fueron a por hamburguesas, otros se decantaron por la mexicana y el resto de opciones quedaron sin apetecedores. Bueno, miento, hubo quien se animó con su packed-lunch, aunque admito que solo un par de valientes. Con la barriga bien llena nos fuimos a pasear por la zona del puerto y a ver el edificio del Parlamento, donde nos sacamos fotos.

Mike, el profe y guía, nos ofreció la opción de ir al museo de historia natural y, sorprendentemente, todos se apuntaron. Dentro había una exposición increíble de mamuts y toda su historia,  esqueletos, hallazgos científicos, etc. Además, como muestra permanente, tienen toda la historia de los antiguos moradores indígenas de estas tribus, sus aperos de pesca, sus chozas y casas, su estilo de vida y todo lo que supuso la llegada del "hombre blanco". Se nos fue tiempo sin darnos cuenta.

Ya tenemos un nuevo deporte entre la tropa que consiste en lanzar una botella mediada de agua al aire e intentar que caiga de pie. De momento la más afortunada es Ana R., que está que se sale en todos los tiempos muertos entre tour y tour.

Terminada la visita, regresamos al ferry, pero esta vez los 90 min. se nos hicieron más cortos porque incluía una cena a base de hamburguesas (de diferentes estilos: camionero, leñador, astillero ... cada una más grande que la anterior), patatas hasta agonizar y barra libre de refrescos. Para muchos el día que más cenaron. No fuimos capaces de digerir esta cena XXXL.

De postre, una partidita de cartas imposible de terminar porque las risas nos impedían continuar. 

Regresamos en nuestro bus amarillo desde el puerto de Vancouver al centro y cada uno tomó el transporte a su madriguera para estar frescos mañana para el parque de atracciones.

En conclusión, un día genial y los lazos en esta "Naciones Unidas" que es la escuela son cada día más estrechos.

1 comentario:

  1. Buenas noches para ti Alvaro. Es la ventaja de los grupos pequeños, se estrechan lazos rápido. Un abrazo. Mañana pasarlo bien.Feliz domingo

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