viernes, 6 de julio de 2018

06 ¡VAMOS QUE NOS VAMOS!

¡¡Hasta la vista!! ¡¡En tres semanas volvemos!! ... Es que con las prisas casi ni nos acordamos de despedirnos, padres. Unos con las tarjetas, otros con el dinero del bus, otros con papeles por firmar... en fin, que las prisas no son buenas ni para salir de viaje.

Lino, nuestro ágil conductor del low-cost Perdiz Bus (curioso nombre, por otra parte) nos posó en un par de horas en el Sa Carneiro, pero fuimos matando el tiempo escuchando las historias de Kike y Eva que nos relataron sus peripecias por Edinburgh el verano pasado y todo lo que habían disfrutado por tierras escocesas, adornándolo con mil anécdotas, mientras los otros querían meter baza con cierta dificultad. Solo Paula M., que ella con solo proponérselo puede hablar bajo el agua.



Ya en el aeropuerto, embalamos la maleta de Eva por seguridad antes de que se hiciera añicos en manos de los estibadores, entre cuyas virtudes no figura su delicadeza con el equipaje; y nos fuimos a facturar. ¡¡Ahí apareció Paula M. con su baúl de la Piquer que superaba los 23 Kg!! ¡¡Eché de menos una faja anti-hernias para subirla al transportín del mostrador!! Tras ponerle cara de pena a la azafata de tierra y prometerle que teníamos gente con maletas muy por debajo del peso límite, entre ellas la mía con sus 14 kg, nos perdonó la multa correspondiente; aunque la que más se "aproximaba a su peso justo, sin pasarse" (como decía Joaquin Prat) fue la de Kike con sus 19,7 kg "en canal". En contrapartida, Antía se presentó con su maletita casa de muñecas, que no pasaba de los 9 kg. Estamos barajando la posibilidad de comprarle una nueva entre todos con derecho de 1 kg por cabeza para que ella nos transporte material, si es preciso.

Un bocadillo, algunos más sencillos y otros más elaborados, alguna chocolatina y a pasar por los chequeos de rigor antes de subir al avión, que se demoró unos 20 minutos, aunque luego y una vez acomodados, nos informan que tendremos que esperar "tranquilitos" en nuestros asientos 25 minutos más hasta que nos den permiso para despegar. En definitiva, un vuelo placentero en el que la azafata "se portó" y tras pedírselo nos trajo a Antía a nuestra zona, pues a la pequeña le había tocado al fondo del avión a ella sola.

Aterrizamos y nos recibió un sol espléndido y una agradable temperatura, muy al contrario de lo sucedido en Ourense, por lo que nos han contado. Rescatamos nuestros equipajes y nos dirigimos a la salida donde nos esperaba otro minibus que nos depositó en nuestro espectacular colegio, donde las familias nos esperaban para trasladarnos a nuestras viviendas de las próximas semanas. Durante el trayecto, intentamos conectar el teléfono de Pedro, pero este se rebeló y se niega a funcionar. A ver si mañana logramos derrotar a la tecnología o nos tenemos que rendir ante ella.

Ya en casa, Nayara me avisa que su maleta había sido inspeccionada por la policía pues estaba todo revuelto aunque no faltaba nada. Otra anécdota para el futuro.

Mañana nos vemos a las 09.00 en el colegio para hacer nuestra primera excursión: Wicklow y Glendalough. ¡¡Os mantendremos informados!!




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