miércoles, 11 de julio de 2018

11 DUBLINIA & DISCO

Al calor del fuego
Ya eran muchos días de sol para el clima habitual irlandés, y el día de hoy amaneció nublado y gris, por lo que todos regresamos a los pantalones largos y las sudaderas. Por la mañana, tras reunirnos como de costumbre en la puerta del cole, nos subimos al autocar para emprender camino al centro de Dublín. La actividad de hoy: Dublinia, un museo sobre la historia de la ciudad, desde los antiguos vikingos hasta los tiempos más modernos.

En la cocina vikinga
Comenzamos viendo los albores de Dublín y más de uno se enteró de que los vikingos no llevaban cuernos en el casco, como siempre se muestran las leyendas y las películas, sino que fue algo que se presupuso por la importancia de estos en su cultura. También tuvieron la oportunidad de probarse algunos ropajes como los de la época ¡y hasta un casco! Pero nuestros chicos no están hechos para ser guerreros de otros tiempos, porque todos convinieron en que el dichoso casco pesaba una barbaridad. 

En otras salas del museo pudieron aprender más sobre la evolución de la ciudad: los castigos que se le imponían a los que infringían la ley, cómo curaban las enfermedades y afecciones de los “humores” (que les llamaban por entonces), las consecuencias de las peste negra, cómo se divertían en la época...
"El aliviado"
 en fin. multitud de detalles que esperamos les sirvan para entender mejor la historia; incluido un personaje en sus letrinas acompañado de la banda sonora que adorna estos lugares entre flatulencias y sonidos guturales de alivio; algunos incluso salieron con una bula papal de Inocencio I que les garantiza el cielo cuando llegue el momento.

Una vez visto todo el museo (unos más rápido que otros) y apremiados por nuestro monitor, al que hemos bautizado el más “sosainas” por unanimidad, emprendimos la marcha hacia la zona comercial de la ciudad para que disfrutasen de media horita de tiempo libre. En cuanto oyeron “tiempo libre” todos se lanzaron a la fuga: unos a por apetitosos donuts de Oreo y Ferrero Rocher, otras a las compras (especialmente las autodenominadas "gacelas", Ángela, Paula V. y Nayara, ¡¡total para ir a H&M!!)... 
Los cascos son sin cuernos!!
y los profes a por un cafecito para calentar el cuerpo, ya que había llovido mientras estábamos en el museo y el tiempo ya había refrescado. Media hora después nos reunimos en el punto convenido, donde a varios les tocó engrosar nuestro bote particular por haberse retrasado unos minutos. Ahora son los que llegan puntuales los que se sacan de móvil y van contando los minutos y pasan la factura. ¡¡Hay que ser vengativos!! ¡¡Es que los donuts eran tan apetitosos!! Todos juntos nos encaminamos al coger nuestro autocar y ¡de vuelta al cole!

Después de comer los sándwiches de rigor y de charlar un poco con checos e italianos, todos se fueron a sus clases. ¡¡A algunas los sandwiches les entraron con dificultad porque los donuts las dejaron empachadas!! Iria ha prometido no probarlos en tres meses, y ni que se los mencionen. Los profes nos marchamos de nuevo al centro a buscar el camino al Natural Museum, el museo de historia natural, a donde les llevaremos mañana para culturizarlos otro poco más.

Las Gacelas estrenando
Esta noche, por primera vez durante el viaje, nos unimos a las actividades de después de cenar del cole para que participasen en la disco. Las primeras en llegar, listas para animar la fiesta como siempre, fueron Ángela y Paula V. Los demás fueron llegando a cuentagotas, unos más animados que otros, en sus respectivos buses.  La fiesta, que al principio solo contaba con unas pocas personas que ni siquiera parecían demasiado interesadas en bailar, se fue animando poco a poco con la llegada de nuestros chicos y de los italianos, que enseguida aportaron alegría latina al asunto. Kike, el más reticente, se quedó con Cris en la sala de profes mientras el resto de la "fauna" sudaba vapores y hormonas a partes iguales.

A las 21.30 nos fuimos del sarao y cada mochuelo a su olivo, no sin que nos despidiesen con un abrazo las más amorosas, pues las "gacelas" hasta para volver a casa tienen prisa, jajajaja.



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