Esta mañana llegamos casi todos puntuales a nuestra cita diaria de las 8:50; digo “casi todos” porque Álvaro se retrasó por culpa de un pequeño olvido y abonó sus correspondientes 50 ct a la saca, y Ángela, porque el autobusero ignoró el botón de parada y ¡se pasó de largo! Así que la pobre tuvo que bajarse en la siguiente e ir caminando todo el trecho adicional. Pero por lo demás, la mañana transcurrió sin mayores contratiempos: nada de llamadas de emergencia, ni enfermitos, ni golpes ni nada de nada. ¡Hemos vuelto a la tranquilidad! Todos sanos y salvos, como más nos gusta. También hemos de decir que todos están mejorando mucho su inglés gracias a los exámenes que tienen todos los miércoles e incluso a alguno le han subido de nivel desde la semana pasada. ¡Están hechos unos “cracks”!
A la hora de comer nos reunimos de nuevo para tomar nuestro “packed lunch” de rigor. Mientras tanto, algunos anduvieron a la caza de palas y pelotas de ping-pong, ya que con la de alumnos nuevos que han llegado en estos últimos días al colegio, se han convertido en un bien tan preciado como el oro: todo el mundo las rapiña para jugar como buenamente puede. Al final las consiguieron y entre Álvaro, Pedro, Clara, Eva y Antía se montaron un torneo, mientras Quique jugaba en otra mesa contra un italiano (partida poco justa, ya que el árbitro era un amigo del susodicho y no contaba muy bien los puntos...)
Después de la comida nos fuimos en bus a nuestra actividad de hoy, una experiencia “increíble”. Pero antes de llegar, nos enfrentamos a un pequeño contratiempo, que fue pasarnos unas paradas de bus y bajarnos más adelante de donde tocaba. Ángela nos juró y nos perjuró que aquel cine estaba cerca de su casa, pero al final “cerca” fueron otras tres paradas de bus de vuelta por la misma ruta para desandar el trozo extra. La pobre Ángela no estuvo muy afortunada con los buses en el día de hoy...
A pesar de todo, finalmente llegamos a nuestro destino: el cine Odeon. ¿Nuestro objetivo? Ver el nuevo estreno de Disney, “The Incredibles 2”, que todos habían pedido muy por favor desde el primer día que pusimos un pie en tierras irlandesas. Así que les concedimos el capricho y allá nos fuimos. Antes de entrar a la sala, los más golosos se echaron a las palomitas y refrescos y, con las provisiones listas, nos dispusimos a ver la peli. En esta nueva entrega, seguimos las peripecias de la familia de Los Increíbles, que se las tuvieron que ver con la renovada fama de los superhéroes, con un villano escondido y con los nuevos e indomables poderes del bebé Jack-Jack, que fue quien más nos hizo reír a todos durante las dos horas que duró la sesión.
Una vez acabamos en el cine, todos se marcharon aprisa de vuelta a casa, porque hoy después de cenar tocaba disco, su actividad favorita de las noches. Gracias a dios, en el colegio se apiadaron de todos los estudiantes que, como nosotros, se alojan en “host families” y decidieron retrasar treinta minutos la hora de comienzo de la disco, ya que a la mayoría no les daba tiempo a llegar a casa, cenar y volver para estar a tiempo. Como siempre sucede, una vez se reunieron todos en el colegio, se pusieron manos a la obra para animar la pista con los “temazos” de ayer y de hoy. Además, no pueden quejarse, puesto que incluso les está permitido hacer peticiones al DJ para que ponga las canciones que a ellos más les gustan. Por supuesto acaban arrasando los temazos españoles: El Despacito, La Cintura, La Bomba... sólo falta por sonar "Paquito, Chocolatero".
Después de que sudasen la gota gorda de nuevo en la disco, nos dispusimos a volver a casa para descansar todo lo posible una noche más, porque mañana nos va a tocar caminar un poquito. Os mantendremos informados de nuestras peripecias...
Written by Cristina
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