jueves, 12 de julio de 2018

12 THE NATURAL HISTORY MUSEUM

A las siete menos diez ahí estábamos las escritoras de hoy listas para ducharnos;  increíblemente todo el mundo llegó a tiempo, incluso nosotras, a diferencia de ayer.
Mientras iba llegando la gente charlamos un rato y esperamos a que tocase el timbre de inicio de las clases para irnos hacia la estación del Dart, el tren que nos lleva a lo largo de la costa hasta Dublín "y más allá", como decía Buzz Lightyear. Nuestro destino era el Natural History Museum of Dublin donde por parejas confeccionadas al azar tuvimos que encontrar respuesta a todas las preguntas enrevesadas que contenía nuestro libro. 
Algunas eran más que evidentes pero otras tenían cierta dificultad, lo que nos obligó a observar detenidamente algunas de las vitrinas; ¡¡Incluso había que dibujar un pez!! Uno de los handicaps de algunos de nosotros. 

Por cierto, ¡¡casi nos olvidamos!! de camino al museo hicimos una breve parada en la iglesia de St. Andrews para ver su magnífica estructura y su decoración interior y aprovechamos para dejar alguna que otra vela encendida.

Como decíamos, tras el museo caminamos calle arriba y fuimos parando para observar las curiosas puertas de los edificios y hemos decidido que vamos a hacer una foto de cada uno con la que más nos guste. Al pasar frente a la sede del gobierno se abrió la verja y el guarda amablemente esperó a que nos hiciésemos una foto con el edificio al fondo.

Con tanto ir y venir, nuestros estómagos comenzaron a demandar comida así que nos dispusimos a almorzar en nuestro parque de referencia: St Stephen's Green, aunque con cierta inquietud porque  unas gaviotas invadieron nuestra zona de confort, mientras  Eva no dejaba de sentirse culpable porque su comida llevaba atún y eso probablemente atraía a aquellos pajarracos; en medio de esta locura, Cristina rezaba para que las gaviotas se fuesen ya que pensaba que le habían robado su botella de agua. 
Las conversaciones alrededor de una comida dan para mucho, pues incluso Clara descubrió que el pepino no sabe a nada, o a algo así como "agua masticada". A nosotras nos tocó el bocadillo más rico, nada de atún o pepino o york o... nosotras: sándwich de Nutella. En contrapartida, el postre fue un poco más desagradable pues en una cafetería Iria pidió el café más amargo de su vida que ni con 3 azucarillos era capaz de tragárselo (ahora ya entendemos por qué la cafetería se llama Insomnia), mientras que Pedro y Paula M. disfrutaron  de un delicioso chocolate caliente, en el que flotaban apetitosas nubes de azúcar. 

Nuestras autoras
y su puerta
Mientras estos tomaban sus postres, Ángela, Paula V. y Nayara (nuestras particulares Gacelas) aprovechaban su tiempo al máximo dedicándose a su hobby favorito: el shopping. Entre tanta hiperactividad la mañana se fue consumiendo y hubo que regresar a Blackrock collegue para empezar las clases a las dos. Acabada la primera clase, Ángela y Paula estuvieron haciendo una versión rapeada del himno gallego, los españoles siempre destacamos... Finalmente se acabaron las clases y todos tuvimos que volver a casa a cenar tras un largo día. Mañana más y mejor. 

Written by Iria & Paula M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario