domingo, 8 de julio de 2018

08 GRAFTON STREET



A ver si te encuentras
Siempre es una satisfacción quedarse en cama hasta tarde y abrir los ojos y descubrir que todavía te quedan un par de horas para disfrutar de un buen desayuno al sol que entra por la ventana. No nos podemos quejar en absoluto: el buen tiempo no nos ha abandonado en ningún momento... con lo que eso supone: shorts, crema protectora, camisetas, sandalias y, sobre todo, gorras.

Trinity College
A las 10.30 nos encontramos a la mayoría esperándonos, aunque ya hemos puesto a funcionar "la saca" y, tal y como su madre pronosticara, Clara fue la primera en adjuntar su 50 cents. a la comunidad, junto con Eva, Paula M. e Iria, todo ello a pesar de sus ruegos y súplicas y el regocijo de todos los demás. No hay perdón para los "retrasados" (con cariño,claro). Después de una decena de excusas, a las que prestamos, indudablemente, toda la atención que se merecían, nos fuimos a estrenar nuestros pases del transporte y los inauguramos en el tren que te lleva por toda la costa hasta el centro de Dublín, Tara Station, en 15 minutos.

Trinity College
Al llegar emprendimos nuestro camino hasta O'Connell Bridge, donde tras una breve explicación para que supieran que es un puente igual de ancho que de largo sobre el río Liffey, del que dice la leyenda se sacaba el agua para la Guinness, de ahí su color. No podemos olvidar que esto era como nuestro Barbaña en sus mejores tiempos. Desde ahí nos encaminamos al Trinity College, con la esperanza de ver alguna graduación o parecido, pero en domingo es raro que eso suceda; alumnos y profesores suelen tomarse los fines de semana libres como en todas partes: ¡¡qué vida se pega esta gente!!
¡¡Yo de mayor también quiero ser profe!! 
Había riadas de gente haciendo fotos y esperando para ver la biblioteca y el famoso Book of Kells, una biblia en color escrita a mano por unos monjes allá por el año 800. Obviamente, el famoso libro no les interesaba demasiado, así que ¡¡venga, a hacer fotos!!

Instagramer in action
 Bajo la dirección de Paula M., Cristina fue obligada a posar en posturas de lo más artístico con la finalidad de convertirla en "influencer" de la web mientras Eva e Iria sacaban las mejores instantáneas para su estreno como "Instagramers". Tras una intensa sesión y un "book" fotográfico de multitud de retratos, dejaron el tema para mejor ocasión... Creo que en parte por el desaliento de la modelo, pero no por el entusiasmo de las "grupis". Ya tostaditos, abandonamos el famoso recinto académico "abraiados" por la majestuosidad del lugar y, muy especialmente, por la multitud de gente que se agolpaba en la puerta para entrar y salir.

Making friends
Desde allí, la estatua de Molly Malone se encontraba a cinco minutos, pero ... ¡¡había desaparecido!! La buscamos por todas partes sin ningún resultado positivo. Se ha convertido en nuestro Expediente X particular. Molly fue una famosa pescadera que recorría las calles de Dublín paseando su carro mientras gritaba "cockles and mussels, alive, alive, oh" (berberechos y mejillones frescos) hasta que unas fiebres acabaron con ella. La versión de The Dubliners, muy recomendada por ser una canción tradicional como nuestra Rianxeira, es la más famosa y fue el himno durante la English Week 2018 en el colegio.

Friends forever
Tras nuestra infructuosa búsqueda emprendimos camino por Grafton Street, la calle del Paseo dublinesa, hasta St Stephen's Green, uno de los parques más famosos de la ciudad, donde dimos cuenta de nuestros bocadillos, como siempre compartiendo pues a los profes siempre les tocan los bocadillos más pequeños y escasos. Todos con fiambrera y nosotros con una bolsita de congelados... eso sí, con zip (cierre fácil) y no nos olvidemos de devolverla cada día. Cuando Ángela y Paula M. acabaron de hacerles las trenzas a Iria y Eva y con nuestras barrigas llenas, despreciando las fibrosas mandarinas, que por supuesto no son de Valencia, decidí darme una tregua de adolescentes y les concedí tres horas de libertad para que entrasen en todas y cada una de las tiendas que había en los alrededores. Aún no había terminado de explicar la hora y el punto de encuentro, cuando tres gacelas con mochila roja se echaron calle abajo: Paula V, Nayara y Ángela. Entretanto, Kike, Pedro y yo nos hicimos con una tarjeta para habilitar su maltrecho móvil. Cris se fue con las demás a la caza de la mejor ganga en Topshop, Victoria Secret, Disney Store, JD Sports, Lush... Kike buscó la tienda friky, una de sus debilidades y Pedro se unió a las chicas de "oyente" porque fue el único que no se compró nada.

Fashion victims
Este era mi momento: un rincón agradable con vistas al parque, un buen café para recuperar energías y un rato de sosiego, que no duró más de 45 minutos, hasta que me llamó Kike: "Amigo Álvaro, ¿por donde andas? Ya me he comprado todo lo que había en la tienda friky y me voy contigo" Pues nada, ya tenía personal shopper para las siguientes dos horas; así que me asesoró en todo lo necesario: modelos, tallas, colores, tejidos... ¡¡¡Total, para comprarme un par de pantalones!!! En contrapartida, le hicimos las curas a una picadura de alguna araña o parecido que estaba poniéndose fea con una roncha enorme, que él no hacía más que rascar hasta generar una herida. En esto estábamos cuando volvieron en grupos todos los "desquiciados de las compras" con sus bolsitas y sus bebidas del Starbuck's. 

Starbuck's forever.
Regresamos disfrutando del sol, la gente y los músicos callejeros de Grafton Street para tomar el bus 46A que nos fue posando por parejas o pequeños grupos cerca de nuestras "families". Mañana comienza el "show" con examen de nivel por la tarde, pues esta semana las clases serán vespertinas; aunque la mañana la pasaremos en el Museo de Cera... ya os contaremos.

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