¡¡Qué pereza tenían hoy para moverse!! El plan era sencillo: acercar a High Park y luego a Honest Ed a buscar recuerdos de Toronto y volver a casa temprano para descansar.
A las 13.15 se nos presentó Victoria, nuestra guía habitual, acompañada de Laura, una nueva guía para hoy, y con esta partimos rumbo a High Park. Este es uno de los pulmones de la ciudad de Toronto y uno de los parque más visitados; su inmensa extensión es uno de sus alicientes pero entre otros muchos incluye un mini zoo con marmotas, bisontes, renos, etc., varias canchas de fútbol, tenis e incluso tres campos de beisbol y además diferentes zonas con fuentes, mesas para picnics o jardines muy elaborados y cuidados. Al llegar nos acercamos a ver los animales, pero la cosa no iba bien porque ya estaban cansados antes de comenzar la caminata. Así que después de media hora, buscamos una sombra bajo los árboles cerca de los baños y una fuente y con vistas a la laguna y allí nos deshicimos de las mochilas y nos tumbamos a disfrutar de la temperatura y el entorno: unos charlando, otros leyendo, varios con los sudokus del Metro,algunos escuchando música o simplemente cerraron los ojos y se relajaron.
El único que no aprovechó el descanso fue Alvaro Jr, que como buen aficionado al baloncesto, consiguió un tour por el Air Canada, estadio de los Toronto Raptors, ex-equipo de Calderón o Garbajosa en la NBA, y también de los Maples, el equipo de hockey hielo de la ciudad para el cual no queda ni una sola localidad para ningún partido de la liga que aún no ha comenzado. Así que nos apareció a eso de las 16.30 en la estación de metro cercana a la segunda para de la tarde: Honest Ed
Honest Ed es una tienda inmensa que ocupa varios edificios y que se fue ampliando a lo largo de los años desde su inauguración en 1948. Ed Mirvish, su fundador, se convirtió en un empresario emblemático de la ciudad por las gangas que ofrecía y porque en fechas señaladas como Navidad o Acción de Gracias, regalaba pavo a todo aquel que lo necesitara. Durante décadas también fueron célebres sus fiestas de cumpleaños cerraban la calle y ofrecía, perritos, tartas, pasteles, snacks y bebida a todos los que se acercaran a celebrar su aniversario. Tras su muerte en 2007 sigue celebrándose esta fiesta en su recuerdo en las mismas condiciones que anteriormente. En la actualidad ya ha puesto el cartel de “Se cierra” y en unos meses dará por finalizada su trayectoria empresarial, así que no nos podíamos ir sin hacerle una visita a este emblemático establecimiento que vende zapatos a 0,75 centavos, o zapatillas de deporte a 8$, o vestidos a 3$.
Al finalizar la tarde, nos volvimos al metro y regresamos a casa para prepararnos para mañana, nuestro último día lectivo.
Por cierto, gracias a todos por vuestras aportaciones y comentarios, que ya aparecen en las entradas correspondientes, y por las que nos enviáis por privado, Whatsup o mail.
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