El día amaneció muy frío aunque el pronóstico decía que iba a hacer sol y que la temperatura máxima sería de 24º. Aún así, anoche habíamos acordado que iríamos a la playa a pasar un par de horas antes del tour por la zona vieja que nos tenía preparado la escuela.
A primera hora Álvaro Jr y yo nos fuimos a TNT Tours y pagamos el viaje a Nueva York; ese que todo el mundo está esperando con ansia. ¡¡Menudo alivio deshacerse de tanto dinero y recoger el bono que nos permitirá subir al bus que nos llevará a la Gran Manzana!! Ultimamos detalles y dejamos todo listo para emprender ruta el viernes tarde. ¡¡Nos espera un tute de cuidado!! Es como ir a Benidorm y volver dos días después. ¡¡Seguro que lo van a disfrutar!!
Luego nos fuimos a comer todos juntos, como ya es costumbre y tomamos el metro rumbo a la playa. Metro + metro + bus = una hora. Si lo piensas fríamente tardas lo mismo en ir a la playa en Toronto desde el norte al sur de la ciudad que en coger el coche e irte a Vigo desde Ourense, y aún por encima allí te puedes tomar un marisquillo de la Ría. En fin, desechemos estos tentadores pensamientos y centrémonos en esta tarde. Una vez en la playa, algunas se dedicaron a tomar el sol, que ya empezaba a calentar a pesar de la brisa, y otras a pasear confidencialmente arriba y abajo hablando de sus cosas. Los más prosaicos nos fuimos a jugar al vóley. ¡¡Menuda paliza nos dieron esas tres del C. V. Ourense a los “machos alfa” del grupo, entro los que me incluyo!! ¡¡No humillaron y sin despeinarse!! Como éramos poco rival para ellas, se apuntaron a un partido con un grupo de canadienses y allí se quedaron durante más de media hora.
A eso de las 16.30, tomamos el street-car para volver al centro y hacer el tour de Old Toronto programado. Victoria, nuestra guía, nos esperaba desde hacía rato para enseñarnos el Winter Garden Theater, que data de 1913 y puede albergar 5000 personas en una de sus salas y 2500 en la otra. Tras esto nos encaminamos hasta el Old Post Office, que ahora es un centro bancario y en sus pisos superiores diferentes oficinas relacionadas con el mundo financiero. Continuamos recorrido por la catedral de St. James de Toronto (1853) dedicada a la iglesia anglicana, The Flat Iron Building, al estilo del de Nueva York, al St. Lawrence Market, una especie de plaza de abastos con comidas de todo el mundo, etc. Al final acortamos un poco el recorrido porque ya estaban rendidos… y más aún después de la playa. Pero todos acabaron sacando la conclusión que aquí nada tiene más de tres cientos años y aún así lo consideran antiguo.
De vuelta en casa, nos toca descansar e intentar deshacernos de este catarro que acabó por encontrar en mi un buen lugar para acomodarse. ¡¡ Si, sí yo también caí víctima del aire acondicionado!!
Hasta q esteis todos sin una mijita de virus, no regreseis. Hacedlo por nosotros. Yo hasta octubre no necesito al niño acatarrado.
ResponderEliminarEstoy mandando comentarios pero se pierden en el ciberespacio
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