¡¡Fútbol, fútbol y más fútbol!! Ayer la goleada de Alemania a Brasil, hoy Holanda y Argentina y en medio la visita a Anfield, el famoso estadio del Liverpool F. C. donde triunfaron Benitez, Pepe Reina o el ya-no-tan-niño Torres, aparte de Tosack.
Como cada mañana comenzamos las clases a la hora convenida, aunque nos han modificado el horario, de forma que algunos entran a las 08:45 y otros a las 09:45, todo ello motivado por el comedor que está masificado. Somos más de setecientos alumnos de las más variadas nacionalidades.
Hoy tocaba Ansfield al terminar las clases, una de las visitas más esperadas, no sólo por la tradición de este equipo sino también por adquirir algún que otro souvenier en la tienda del estadio, sobre todo por aquellos más forofos entre los que destaca Pablo y un poco más descolgados Fernando y Diego. Llegamos a eso de las 14:00 horas a la puerta del estadio y después de una parada técnica en la tienda, como decíamos, comenzamos nuestra visita guiados por Alan, un empleado del club que lleva al Liverpool en la sangre. Alan nos llevó, primeramente, a la sala Vip donde nos dio un repaso muy por encima de los personajes que aparecían en cada foto colgadas de las paredes, mientras que un osado del otro grupo español se le ocurrió sacarse la sudadera y mostrar su camiseta del Machester United, enemigo íntimo del Liverpool. Ahí empezó la guasa para el resto de la visita.
Posteriormente accedimos a la sala de prensa, donde Fernando y Diego dieron su conferencia y contestaron a las preguntas de los periodistas, que éramos nosotros; entretanto Alan continuaba contando historias sobre su equipo y como desde que se hizo esa nueva sala de prensa el Liverpool sólo ganó una copa de Europa, con Benítez, pero ninguna liga; así que hay cierta maldición con esa sala que ocupó la antigua lavandería y el almacén del utillero, donde se reunía el entrenador con sus ayudantes antes de un partido. Tras las respuestas de los protagonistas a los periodistas, que no pasaron de un “yes, yes” accedimos al sobrio vestuario. Allí nos mostraron donde se sientan cada uno de los jugadores y se colocan cada uno al lado de su compañero en el campo para que la comunicación entre ellos comience ya fuera del campo; “aquí no ha lujos: bancos de madera, una percha, unas duchas y dos camillas, porque la pasión está en el campo y hay que jugar para esa gente que nos apoya”, decía Alan, que nos dio una charla muy emotiva y motivadora para salir al campo.
Y salimos, pero antes había que tocar el emblema de “This is Anfield” colocados como los dos equipos contrincantes en el estrecho pasillo que conduce al campo y allí descubrimos un “pequeño” estadio para 45.500 espectadores, estructurado de manera que el publico puede casi tocar a los jugadores. Nos sentamos en los banquillos donde los dos equipos se sientan codo con codo y luego escuchamos el famoso himno de “You’ll never walk alone” y así nos desplazamos a la famosa grada de los Kop donde se sientan los más forofos seguidores. Tras una hora de paseo y aventuras nos despedimos de Alan a la entrada del museo, donde nos fotografiamos con la Copa de Europa y volvimos al colegio para cenar.
Hoy tocaba cena de internado, así que nos pusimos a la cola durante más de media hora para que nos sirvieran el rancho, que en honor a la verdad hay que decir que no estaba mal. Así que con la tripa llena fuimos a las aulas que teníamos asignadas y vimos una película: unos Harry Potter, otros X-Men y, los menos, Spiderman 2. Antes de que terminaran salimos a la carrera porque hoy es día futbolero y había que ver al menos la segunda parte de la semifinal del mundial, que es lo que están haciendo la mayoría cada uno en su casa ahora mismo.
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