26.- Manchester

Manchester

El bueno de Richard quería que viésemos todo Manchester como fuera, para eso era su ciudad natal. Así que antes de que nos subiésemos al bus que nos trasladaría allí, ya nos había dado dos charlas sobre el itinerario. “Oye, Richard, que los chicos necesitan descansar, así que tómatelo con clama”, le dije, pero el bueno del profesor no entendió el significado del término “tomárselo con calma” y así nos devolvió a Liverpool, ¡¡agotados!!

Al entrar en la ciudad nos dimos un paseo por Old Tradford, estadio del Manchester United, y visitamos su museo de los trofeos y camisetas mientras intentábamos descifrar en la memoria quienes eran algunos de su jugadores o figuras más relevantes, entre ellas Sir Alan Ferguson, Ronaldo, Wayne Rooney, Ryann Gigs, Bobby Charlton, etc. Media hora más tarde regresamos al bus, algunos con los correspondientes recuerdos de la visita, y nos dirigimos al centro de la ciudad. En estas descubrimos que Bárbara llevaba un parche de pirata en el ojo, porque accidentalmente Saúl le había dado un codazo y perdiera un lentilla. ¡¡Ya tuvimos broma para rato!!

Allí dos dimos un paseo por el Nature and Science Museum, sobre todo por la sala de las máquinas de vapor, porque no debemos olvidar que aquí surgió la revolución industrial y uno de los grandes avances fue este tipo de motores: locomotoras, molinos, bombas de agua, etc. A continuación nos fuimos a la otra sala para ver los desagües y cañerías que habían ido sustituyendo desde la llegada de los romanos hasta hoy. También incluía un recorrido por la historia de los wateres y letrinas muy instructiva, por definirla de alguna manera.

Mientras visitábamos las diferentes exposiciones, Manu probó el simulador del velódromo en el que había que batir el record pedaleando en una bici estática… El record no lo consiguió pero logró quedar entre los mejores aspirantes. Luego un café y a caminar, desde las ruinas romanas, pasando por la universidad (donde nos volvimos a encontrar dos manifestaciones pro y anti Israel), luego el ayuntamiento (precioso), la catedral y terminamos al norte en el Football Museum. Lo he resumido pero el paseo nos duró más de dos horas, incluido el almuerzo, pero ya necesitábamos un descanso.

Para los que somos más del deporte de la canasta que del de las porterías, ya vamos bien servidos de fútbol, pero aún así entramos a ver este museo y la verdad es que es impresionante, no solo la exposición en sí sino también los juegos y simuladores. Tras un breve paseo por sus vitrinas nos dimos un par de horas de asueto y aprovechamos para comer algo y ver un concurso de baile de hip-hop de pequeños y adolescentes increíble.

A las 18.30 estábamos de regreso en el cole. Una rápida despedida de los rusos y los turcos y rápido para casa. Mañana a las 04.30 am empiezan a recoger alumnos por las casas y todos con sus camisetas y mochilas de Sheffield y sin olvidarse de cambiar la etiqueta de la dirección y poner la de España. ¡¡Mañana los tendréis de vuelta en casa!! Algunos suspiran por una ración de pulpo, otros un poco de tortilla, otros más glotones prefieren cocido… En fin, llegarán con hambre, espero que les tengáis algo rico para cenar.

Os llamarán cuando estemos en Porriño para que sepáis con más exactitud a que hora estaremos en la Universidad. ¡¡Hasta mañana!!

25.- The Giants

 

 

¡¡Último día de clase!! Y hemos hecho las pruebas de Trinity!! En cuanto a lo segundo lo sentimos mucho por los tres que han suspendido, todos ellos en niveles muy altos (8 y 9), pero nos alegramos mucho por los otros 16 que lo han superado con solvencia, la mayoría más que bien.

A lo largo de la mañana fueron haciendo el examen e incorporándose a las clases a medida que iban terminando la prueba con la examinadora Laura. Previamente Karen, la coordinadora, les hacía una práctica de 10 minutos mediante preguntas y dialogando con ellos para que fueran habituando el oído. Eso les ayudó mucho, sobre todo para ir más tranquilos, porque esto siempre impone un poco.

Como ya habíamos tenido suficiente stress a lo largo de la mañana nos tomamos la tarde libre para hacer las últimas compras y deambular por la ciudad sin rumbo fijo: una camisa para unos, unas Vans para los otros, Diego y sus cascos nuevos… en fin, un poco de todo. Y a las 16.30 nos reunimos en el gran salón porque Anna, la jefa de estudios, nos iba a entregar los diplomas y darnos un pequeño discurso; así fueron nombrando uno por uno y con un beso (o dos) recogieron su certificado acreditando que habían tomado parte en este curso. Incluso los profes tenemos uno!! ¡¡Estamos anonadados!!

Al terminar cenamos, a las 17.00; ¡¡menudas horas!! Nos sirvieron arroz a unos y pasta a otros, todo ello acompañado de unas “suculentas” verduritas hervidas. Una vez rematada tan opípara comida, salimos porque queríamos ver pasar a los “giants” (gigantes) que son una atracción en la ciudad y alrededores, como comenté ayer. El primero en llegar fue un inmenso perro negro que movía los ojos, la boca, la cola, las patas… y luego la niña que comía su piruleta y paseaba por la calle. Incluso permitió a los menores de 10 anos columpiarse en sus brazos. Cuando nos pareció cambiamos a la otra calle y bajamos hasta el centro por donde desfilaba la abuela, primero caminando para luego ponerla en una silla de ruedas y continuar camino. Ya tiene una edad, así que ayer os la ensené dormida y hoy la vimos en su silla.

Ya era hora de volver al colegio porque hoy había fiesta hasta 21.15, hora de salir. Fue día de despedidas, abrazos, besos y alguna que otra lágrima se vertió por los madrileños, valencianos y demás con los que se trabó una buena amistad y a los que difícilmente volverán a ver, pero tampoco olvidar.

Mañana toca Manchester y hacer la maleta. Nos pasan a recoger a las 04.30 de la madrugada, así que no sé si seré capaz de escribir el blog con tan poco margen de tiempo… ¡¡A ver que pasa!!

24.- Formby

 

Está llegando el último día de clase y con él la prueba de Trinity. Hoy les hemos preparado unos dosieres con mucha información que pueden usar y estudiar para el examen. Como decía ayer el primero en entrar será Fernando (nivel 4) y el último Felipe (nivel 9). Esperemos que lo hagan bien.

Al terminar de comer, nos fuimos a Formby, que es una reserva natural de ardillas rojas, pero no vimos ninguna mientras cruzábamos el pinar. Al final del paseo está una playa enorme que se une a la de Crosby, más al sur, y a la de Southport, más al norte. En esta hay una serie de dunas que están protegidas por ley por lo que no se puede escarbar en ellas o estropearlas, pero sí que es un pasatiempo fantásticos para los chicos lanzarse deslizándose sobre la arena.

Al llegar montamos nuestro campamento entre el gentío que llenaba la zona de acceso y nos dispusimos a tomar el sol porque el agua, aunque no está sucia, no es recomendable para el baño pues pasan muchos cargueros rumbo al puerto de Liverpool. Aparte de eso, tiene la misma desventaja de la de Crosby, es decir, caminas y caminas mar adentro y el agua no pasa de la rodilla. Así que algunos al sol, otros a pasear y los menos a juagar un partidito. Por cierto, en este último caso los baloncestistas (Alvaro Jr, Manu y Diego, con la ayuda de Sergio) ganaron a los futbolistas (Pablo, Felipe, Félix y Fer). ¡¡Lamentable!!

Otros se relajaron sobre la toalla, mientras sus compañeros les daban un masajillo para liberar tensiones. Al final de la tarde el peor parado fue Felipe, que recibió un balonazo en sus partes castas, y cuando aún seguía maltrecho una abeja le picó en un dedo. ¡¡Manuda semana lleva el pobre!! Al final del partido había que probar eso de lanzarse a tumba abierta por las dunas y entre risas volvieron de regreso al campamento porque era hora de coger el bus de vuelta a Liverpool.

Ya en la ciudad acordamos encontrarnos media hora más tarde en un punto diferente al habitual, pues mañana alteran el trayecto de los autobuses pues hay un desfile de los Giants. Estos son un niña, un perro y una abuela de unos cinco o seis metros de alto, al menos las personas, y se necesitan una docena de personas para moverlas pues son articuladas. Es un gran acontecimiento en la ciudad, ayer estaba expuesta la abuela dormida y había colas de dos horas y media para verla y según la prensa unas 20.000 personas pasaron por allí. Así que al reunirnos de nuevo les mostramos donde debían bajarse y subirse mañana para evitar dar rodeos innecesarios y no llegar tarde para el examen.

Esta noche a repasar el examen y a prepararlo con la family.

23.- The Dawn of the Planet of the Apes

 

¡¡Qué día tan bueno hemos pasado!! Completito y largo, pero estupendo. A primera hora nos metimos cada uno en el aula que le correspondía para sus clases, entretanto me hacía con el horario de las pruebas de Trinity, que van a tener que hacer el viernes a partir de las 09.00. Abrirá el fuego Fernando y Felipe será el que cierre finalmente la puerta a eso de las 14.00. Algunos se les ve más motivados que a otros, aunque espero que todos lo hagan con solvencia suficiente.

Hoy, como dije antes, era un día diferente. Así que a las 12.00 nos reunimos todos a la puerta del college y nos fuimos a comer de buffet. ¡¡Pedazo de buffet encontramos (como decían)!! Disponíamos de más de cincuenta platos a elegir, desde comida china, hindú, americana, inglesa, mejicana,... hasta una variedad de postres imposible terminar. Las menos arriesgadas, Mara & Marta, se quedaron con las patatas fritas y alguna cosilla más, los más atrevidos probaron los woks orientales, las salsas hindús, las alitas de pollo americanas... Tenían un hambre increíble y eso de no comer de packed luch por una día era un aliciente añadido. Así que comenzaron a desfilar por el enorme expositor eligiendo lo que más les apetecía en cada momento y la primera en rendirse e ir a por los postres fue Sofía, que se vino con una brocheta de nubes empapadas en chocolate de la fuente que manaba al fondo y luego todas las demás con sus cheesecakes, sus gominolas, helados de diferentes sabores, brownies... en fin, ni recuerdo todo lo que comieron. Pero los más glotones con diferencia fueron Alvaro Jr y Adrián, quienes se comieron al menos nueve platos diferentes según sus cuentas. Podían participar en cualquier festín de la época romana y no los batiría ni Nerón. Al final estábamos todos esperando a que ellos terminaran.

Tras la comida salimos a la plaza y en un rincón hicimos la entrega de premios a todo el viaje y quedaron así:

2º clasificados en Quizzes de museos: Manu y Saúl, que obtuvieron como p[remio dos camisetas

1º clasificados en Quizzes: Ivana y Bárbara, que recibieron sendos ositos de peluche

Campeones de Paintball: Adrián, Fernando, Marta, Manu y Sofía, que disfrutan de unos auriculares nuevos.

Luego todos recibieron como recuerdo de Londres un llavero para que lleven las llaves de casa con un aire más británico y no se olviden de estas tres semanas. Finalmente, el mejor premio para todos, les devolvimos 20 libras a cada uno que nos sobraron de las que nos entregasteis en España para actividades extra. El resto se fue en el hotel de Londres y los bonos de metro, esta comida de hoy, las películas de cine, los premios y regalos, el paintball, etc. Así, con 20 libras extra en el bolsillo, no podían aguantar a gastarlas y salieron en estampida hacia Hollister, Vans y alguna que otra tienda más. No se pueden tener 20 libras y aguantarse sin gastarlas a estas alturas del viaje.

Con bolsas de regalos y compras para ellos, se presentaron en el cine porque hoy queríamos disfrutar del estreno de “The Dawn of the Planet of the Apes” (El amanecer del planeta de los simios) en 3D, así que cogimos nuestras gafitas y nos acomodamos para ver esta esperada película, aunque antes nos martirizaron con 30 minutos de publicidad y trailers. El Planeta de los Simios en si está muy bien y aún mejor en 3D porque tenían la sensación de estar más metidos en la película y así salieron todos encantados de ver las luchas entre los humanos y los simios.

Comentando las caracterizaciones y el argumento regresamos al colegio porque hoy mal-cenábamos allí, aunque muchos no fueron capaces de hacerlo pues aún estaban a media digestión del almuerzo y los que lo hicieron lamentaban no haber cogido un tupper en el buffet porque ni el pescado ni el pollo al curry estaban para echar cohetes.

Tras la cena nos repartimos en equipos de 4, 5 y 6 componentes y nos dirigimos cada uno a un aula asignada porque teníamos una especie de trivial entre las diferentes nacionalidades. Los ganadores finales en su grupo fueron Pablo, Diego y Felipe, aunque este último aún añora a su buena amiga francesa. Los que fueron terminando se unieron al grupo que estaba en la gran sala llamada de Atrium donde el resto de alumnos estaban viendo una película, John English. ¡¡Otra peli más!! ¡¡Hoy ha sido un día de cine!!

22.- Cruise

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¡¡Os pongo esta foto de entrada para que veáis que tiempo tan bueno estamos teniendo y que disfrutéis de un atardecer desde Formby, a donde llevaremos a los chicos el jueves!! Con este clima tan formidable nada mejor que irnos de crucero por el río Mercey, que como sabéis desemboca en Liverpool.

Este río, con una longitud de unos 113 Km no es que sea demasiado largo pero tiene profundidad suficiente para que por él entren los barcos mercantes a descargar sus productos a lo largo del estuario de unos 3 km de ancho. Su nombre proviene del anglosajón y significa “rio de la frontera”, pues dividía históricamente los condados de Lancashire y Cheshire. En la actualidad a lo lejos se pueden ver aerogeneradores colocados en la línea del horizonte sobre el mar y más al norte una plataforma petrolífera. Con todo esto en la memoria, subimos a bordo del ferry y nos colocamos en popa al sol. Estaba una tarde espléndida y disfrutamos de una paseo de 55 minutos, aunque a algunos el calor les fue derritiendo las ideas y, a medida que transcurrían los minutos, abandonaron la cubierta y bajaron a refugiarse en la primera planta donde disponían de mesas y sillas. Allí jugaron su partida de cartas al “asesino” mientras veían el paisaje por las escotillas.

Finalizado el recorrido, toda la tropa abandonó la nave… ¡¡Todos nooooo!! Faltaban dos grumetes que se habían quedado a bordo y no aparecían ni contestaban al teléfono y el ferry iba a zarpar de nuevo. ¡¡Ni contestaban al teléfono, ni daban señales de vida!! Pero en cuanto gritamos “fueeego”, asomó Isabel por la pasarela y tras ella Ivana. ¡¡Menuda guasa tenemos con Isabel y el incendio!!

Para completar el día nada mejor que irnos al Museo Marítimo donde tienen una exposición de los diferentes barcos de la White Star Line, la famosa naviera del Titanic. No olvidemos que Liverpool fue la segunda ciudad que visitó el tristemente famoso trasatlántico tras abandonar Belfast y antes de dirigirse a Southampton. Allí descubrimos historias verdaderas y falsos mitos sobre el Titanic, vimos objetos decorativos del mismo, la disposición de las mesas, fotos y demás recuerdos de esa aciaga nave.

A las 17.00, saltamos a tierra y emprendimos camino al centro para tomarnos un refresco mientras daban las seis e irnos a casa. ¡¡Qué bien nos lo hemos pasado!! ¡¡Cuánto nos hemos reído!!

 

21.- Chester

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¡¡Como se nota hoy el cansancio acumulado del fin de semana!! Tantas horas caminando y una noche de escaso sueño pasan factura. Lo mejor es que el cole se ha vaciado de franceses e italianos, pero una nueva remesa de chinos ha llegado. Así que algunos han pasado de una clase a la otra hasta que a los recién llegados se les asigne aula.

Hoy en la reunión de “leaders”, como nos llaman, nos han proporcionado el plan de la semana y nos hemos permitido hacer sutiles variaciones, por lo que tenemos seis días por delante muy completitos. Lo repasamos todo durante la comida y a la hora marcada nos presentamos todos en la puerta para dirigirnos en metro hasta Chester, junto con los españoles de Get Ready con los que compartimos cada vez más actividades y con un grupito de turcos a los que les gustó nuestro plan fuera del programa y se apuntaron.

Chester se encuentra en la frontera entre Inglaterra y País de Gales y es famosa por su arquitectura tan característica de las casas tipo tudor hechas con madera y barro y pintadas de blanco y negro. El río Dee, navegable y lleno de boathouses (casas barco), parte la ciudad por el medio al pie de las antiguas murallas medievales que la rodean y que encierran, entre otras maravillas, un castillo y una imponente catedral con su ayuntamiento al frente. Comenzamos el recorrido al salir de la estación y nos acercamos al anfiteatro romano que aún existe, no como el de Mérida, ni parecido, pero tenía su encanto. Luego bordeamos la muralla y llegamos al pie del castillo para dirigirnos luego a la catedral. ¡¡Increíble, nos pidieron un donativo de 5 libras por cabeza para poder verla!! Pasamos a visitarla, era imponente, pero nos pareció un abuso lo del donativo, así que a la salida nos despedimos amablemente por nuestra estancia de 10 minutos y nos fuimos al centro.

Allí lo más característico es su reloj sobre un puente que cruza la calle peatonal de un extremo al otro junto con sus casas blancas y negras. Allí les dimos unos 50 minutos para relajarse tomando algún refresco para contrarrestar el calor y darse un paseo a su aire por este precioso lugar. A la hora convenida estaban todos de regreso y vuelta al tren para regresar a Liverpool y de nuevo a casa a descansar y recuperar el sueño.

¡¡Están muy afectados porque es la última semana y el tiempo se les fue demasiado deprisa!! ¡¡Ya empiezan a preguntar que a donde vamos el próximo año y los de Madrid se quieren venir también!!

19-20.- London

 

Nuestros temores iniciales eran infundados: todos estaban en Lime St. Station a las 07:00, incluso antes que nosotros. ¡¡Es verdad, estaban presentes de cuerpo pero no de espíritu, pero estaban, que era lo acordado!! A las 07:30 nos montamos en el AVE inglés, que aquí es de la Virgin (sí, la misma de los aviones, los discos, etc) y en poco más de dos horas llegábamos a Euston Station. Recogimos nuestros pases del metro y despedimos a los monitores de la escuela y les dimos el día libre.

¡¡A caminar!! Lo primero coger el plano y ligeritos al British Museum, donde con un recorrido rápido vimos las momias (por cierto, a las 10.30 y tan lleno de gente que casi no se veían las vitrinas) y todas las piezas de la antigua Grecia que les esquilmaron del Partenón a los helenos, a los persas y demás pueblos de oriente medio, junto con la Piedra Roseta, esa que ayudó a entender los jeroglíficos del lenguaje egipcio.

Sin tiempo que perder, emprendimos camino al Museo de Historia Natural para ver el famoso esqueleto de dinosaurio que te recibe en el hall principal de este edificio utilizado en cientos de películas como palacio o residencia. ¡¡Todo nuestro gozo en un pozo!! No estábamos dispuestos a esperar una cola de 20 minutos para ver un esqueleto, situación que nunca antes había vivido en este museo. Pues nada, a buscar el metro, para algunos su primera experiencia en el suburbano.

Tras un corto trayecto, la escalera nos vomitó en Marble Arch, monumento que indica la  entrada a Hyde Park. Allí un breve explicación sobre el famoso arco y decidimos cruzar el parque desde Hyde Park Corner hasta el Wellington Arch viendo las ardillas y aliviando su hambre con chocolate, mientras nosotros hacíamos un “break” a mitad de camino para comer.

Al final del parque tomamos el metro hasta Westminster y allí nos dimos cuenta que Londrres es una ciudad turística: no había manera de encontrar un hueco en el puente para fotografiarse con el London Eye (la noria) sin que se metiera alguien de por medio o saliera la espalda o el cogote de algún desconocido. Disfrutamos de las Houses of Parliament, de la torre del Big Ben y de Westminster Abbey, conocida por ser el lugar de la boda de William y Kate o del entierro de Lady Di. En los jardines cercanos nos permitimos el lujo de darnos un descanso, pero buscando la sombra. ¡¡No recuerdo un Londres tan caluroso en mi vida!! Fotos, bromas y risas y a seguir ruta a pie.

Resulta que un buen hombre ya me había advertido en el metro que había una manifestación pro Palestina y anti-Israel en la zona, pero para nosotros fue una ventaja, pues se había cerrado la calle al tráfico y pudimos caminar desde el Big Ben hasta Trafalgar Square a nuestras anchas (bueno y a la de cientos de otros turistas),; nos paramos a ver el 10 de Downing Street y los caballos de la Guardia Real, con las fotos requeridas, y llegamos al monumento a Nelson, donde se chulean de haber derrotado a nuestra Armada Invencible. Pues bien, nosotros en venganza nos montamos en sus leones y nos refrescamos en su fuente. Los leones estaban tan calientes por el sol que solo Adrián, que está habituado al riesgo de los descensos en bici, se atrevió. Más risas, más fotos y más breves explicaciones y nos fuimos a ver a la reina, quien no nos recibió como siempre. Frente a Buckingham Palace disfrutamos del edificio y del día, pero antes nos paramos a ver un cambio de guardia que nos coincidió en St. James Palace. Y desde Buckingham nos encaminamos al metro y al hotel para registrarnos y descargar peso. Eran las 16.00 horas.

Tras instalarnos en nuestras habitaciones, retomamos la ruta hacia Covent Garden, con sus tiendas, sus espectáculos, sus bares (prohibidos para ellos), su Ópera House, etc. Y allí, entre el gentío, los saltamos de la correa y los dejamos libres para irse a disfrutar del entorno a su antojo y aprovechar para que cenaran.

Tras hora y media de libertad vigilada, nos reencontramos y, ya oscureciendo, nos dirigimos hacia Piccadilly Circus, famosa por sus luminosos al estilo de Times Square, donde nos relajamos viendo un grupo de bailarines mientras estábamos setandos bajo la estatua de Eros, que a alguno ya le había pinchado con su flecha durante la semana. Relajados y tranquilos nos fuimos ya de noche por Regent Street hasta Oxford Circus y camino al hotel.

“Solo hay dos normas para la noche: no se hace ruido y no se sale del hotel bajo ningún concepto”, le dije. Y cumplieron: no se quejó nadie del ruido y no salió nadie porque nada me dijo el de recepción. Sé que se durmió más bien poco, que unos amanecieron en habitaciones que eran las asignadas y que a la pobre Isabel, profundamente dormida, le hicieron creer que había un incendio y se levantó sonámbula en busca de la salida. A las 09,00 todos desayunando en el buffet del hotel, muy bien por cierto, y a las 10.00 en camino, muchos de ellos arrastrando los pies, hasta que apareció un coche tipo camioneta con seis ruedas, lo que les hizo espabilar para sacar la foto.

Hoy era día de caminar, así que cruzamos el río Támesis hasta St. Paul’s, donde pudimos entrar porque estaba a punto de comenzar la misa sino habría habido que pagar más de 10 libras por persona, cosa que no estábamos dispuestos a hacer. Tras una breve visita, parada en el Bank of England y en la City, donde se “parte el bacalao” económico del país, y continuamos camino hasta The Monument, columna erigida en conmemoración del incendio de Londres de 1666. Allí una breve explicación histórica del incendio y sus consecuencias y rápido hacia The Tower of London y el Tower Bridge, ese que conocéis como el puente levadizo. Aunque antes hicimos un alto en un super y contiguo Starbucks para comprar agua y cafés.

Desde la Torre decidimos que era hora de irnos hasta Camdem Market, el más famoso de la ciudad y su día grande es el domingo. Allí volvimos a soltarlos de la correa y se perdieron por los cientos de puestos y tiendas de todo tipo, especialmente de falsificaciones y camisetas, y aprovecharon para comer unos de mejicana, otros de KFC, otros de Burguer King, etc. Fijaos si es caro Londres que Sofía pidió lo mismo que en Liverpool dos o tres días antes, y lo que allí costó menos de 4 libras, en la capital británica superó las 6. He leído en algún sitio que el nivel económico o la renta per cápita de una ciudad se mide por el precio de la Cheese burguer del MacDonals, y debe ser cierto.

Ya no nos quedaba tiempo si queríamos coger el tren de las 15.05, así que a las 14.15 arrancamos para la estación como peregrinos y nos montamos en nuestro Virgin de nuevo. A las 15.20 salíamos de Lime Station, no sin antes recibir la felicitación de un pasajero que se había bajado con nosotros y alababa el buen comportamiento de los chicos durante el viaje. ¡¡Londres estuvo genial, pero esto fue la guinda del fin de semana!! Han estado fantástico y caminaron sin quejarse durante horas, siempre puntuales y obedientes. ¡¡Se merecen todo tipo de felicitaciones y así se lo hicimos saber!!

Por cierto, he calculado lo que han caminado estos dos días y supera los 16 Km, según Google Maps, o sea que cuando os digan que no les apetece pasear, les podéis creer.

 

18.- Sefton Park

 

Hoy hemos sufrido el día más caluroso del año, según las noticias, lo cual ratifica que hicimos muy bien el otro día yendo al museo evitando la lluvia y esperar a hoy para estar en el parque.

A primera hora todos llegaron con sus redacciones preparadas, se ve que nadie quería quedarse a trabajar mientras los demás disfrutaban de la disco. Algunas un poco mejor y otras un pelín más flojas estaban terminadas y listas para inspección; así que a la hora de comer ya estaban todas corregidas y revisamos los cambios y los errores.

Cuando Helen, nuestra monitora del otro día, apareció acompañada de Vicky, una entrenadora de fútbol del Everton, comenzamos a caminar hasta el parquet. Entre el ritmo cansino del grupo y la distancia nos llevó más de de 40 minutos.

  Al llegar nos encontramos con un parque impresionante, con lagos, ríos, patos, cisnes… Ya los puede tener pues ocupa una extensión de 950.000 metros cuadrados que no ves el final del cesped. En cuanto localizamos un punto de encuentro, nos dividimos en dos grupos: los futboleros, que eran mayoría, y los que querían acercarse a ver Penny Lane, la de los Beatles. De esta forma los deportistas se quedaron con Alvaro Jr y jugaron una pachanga entre los nuestros y el grupo de Get Ready que nos acompañaba y el resultado final fue un empate a 3. Los que nos fuimos hasta Penny Lane, a la salida del parquet, aún caminamos otros 15 minutos, Imaginaos lo grande que es el parque! Al llegar nos quedamos en el extremo más próximo pues ya no teníamos intención de caminar más, pero según Helen, la parte más bonita es la del otro extremo con casas y tiendas, pero quedaba a otros 15 minutos.

Tras las fotos de rigor en el cartelito de la calle emprendimos el regreso arrastrando los pies a través del parquet pero por otro camino que pasaba al lado del palacio de cristal, que aquí se llama Palm House. Una auténtica sauna finlandesa dentro!! Salimos y en menos tiempo que a la ida llegamos al punto de encuentro.

Allí estaban todos resguardados en la cafetería del parquet tomando helados y bebiendo agua para recuperar líquidos del partido, mientras juagaban a las cartas o charlaban relajadamente. Nos hacía falta un descanso, tras el cual vuelta para el cole y prepararnos para la disco de esta noche.

Ellos ya tienen la estrategia “envolvente” preparada para atacar, no sabemos si la 4-3-3 o la 3-4-3 pero sea la que sea confían en que les salga bien. A eso les añadiremos que se pusieron como "fieras" antes de comenzar la fiesta: tigres, dragones o incluso superman. ¡¡Tienen un peligro estos chicos!! Pero terminada la velada los que se llevaron los aplausos fueron Felipe y Fer, que parece ser que aplicaron correctamente la estrategia.

Mañana madrugaremos muchísimo, así que nos vamos a la cama antes de que se nos agoten las horas para dormir. Por cierto, no tendremos blog hasta el domingo, porque recordad que nos quedamos a dormir (bueno, es un decir) en Londres.

17.- Southport

 

Con lo maravilloso que había amanecido el día de un sol radiante y una temperatura ideal y nos lo chafán con la desorganización en la excursión.

Al terminar las clases nos reunimos en el aula 208, nuestro nuevo cuartel general, y acordamos los temas para las redacciones del examen de Triniy, que tendrá lugar la próxima semana, Algunos son un poco repetidos y otros más originales, pero los deberes para esta noche es hacer “topic” para mañana o sino perderemos la disco y nos quedaremos en clase a prepararlo, porque el fin de semana nos iremos todo a Londres y el tiempo apremia.

Al terminar nos subimos a los autobuses que nos llevarían a Southport, que está como a una hora de Liverpool. Esta es una ciudad de veraneo, famosa por su carísimas casas y por tener el segundo embarcadero más largo de Inglaterra inaugurado en 1860 y que mide más de mil metros. Así que según desembarcamos nos fuimos al famoso muelle y lo recorrimos un trecho hasta que llegamos a la zona de la bolera y los burguers. Allí les dimos sólo 45 minutos para que se dieran una vuelta y regresaran al punto de encuentro. Tras investigar y merodear por la bolera, decidieron que era mejor llenar el estómago que dedicarse a recorrer el lugar bajo el sol. De manera que unos en Pizza Hut y otros a MacDonalds encontraron refugio del calor y de los muchos turistas que deambulaban por el “pier”. A la hora  convenida se presentaron todos sin conocer nada de Southport, pero con la barriga llena. ¡¡Viajar a Southport para meterse en un burguer …!! Lo cierto es que con solo 45 minutos poco podían hacer, pero los buses salían porque el resto de alumnos de las residencias tenían que cenar a las 17.00 ¡¡Vaya horas!!. Mañana lo comentaremos con el colegio.

Regresamos a Liverpool y nos dimos un paseo antes de regresar a casa a preparar las redacciones para mañana. ¡¡A ver qué sale!!

16.- Tate Gallery

 

La venganza es un plato que se sirve frío, aunque este aún estaba solo templado, pero nos supo igual de bien. Esta tarde, tras la actividad, cenamos y nos dividimos en dos grupos: aquellos que querían hacer deporte y los que, por el contrario, les iba más el mundo de las tablas y se fueron al karaoke.

Los deportistas, a su vez, se dividieron en dos grupos: baloncesto y fútbol, y en ambos casos triunfaron. Los primeros contaban con Bárbara, Natalia, Manu y Álvaro Jr y los contrarios eran un multinaciones entre los que se encontraban italianos y españoles. Como nuestro pivot era muy superior y Natalia y Manuel se defienden bien (Bárbara, por otra parte, lo intentaba) la victoria fue clara. Al otro lado de la cortina, el fútbol. Aquí, si recordáis ayer los italianos nos hicieron hincar la rodilla, pero es que nosotros no somos de fútbol-playa, a nosotros nos va lo auténtico. Así no pudieron con nosotros ni los trasalpinos, ni los traspirenáicos ni los otros españoles. Cualquiera que entrara en pista salía derrotado por Pablo, Adri, Sergio, Felipe, Diego y Félix. No hubo rival que nos hiciera sombra. De ahí nuestra venganza. Aún nos queda el viernes sobre hierba.

Dancing queen

Los artistas se fueron con la música a otra parte y nuestro grupo formado por Sofía, Raquel, Saúl, Isabel y dos madrileñas causaron sensación con su “Dancing queen” de Abba, que acompañaron de una coreografía que no le desmerecía nadita. Luego vinieron más canciones y grupos, entre los que se encontraban tres chicas italianas que lo bordaron con el Bohemian Rapsody de Queen, y mira que es difícil esa canción. En esa estábamos cuando nos mandaron a todos a la cafetería porque habían instalado allí uno más profesional y nos juntaron allí a los 200 estudiantes. Ahora ya teníamos una buena megafonía con tres micros inalámbricos y nos juntamos todos, incluidos los deportistas. Durante un rato disfrutamos de las canciones y la última fue la del “Yellow submarine” de los Beatles en la que los nuestros lo dieron todo. Tras esto, ya tarde para nosotros, nos fuimos rápidamente a nustros autobuses y para casa.

Todo esto fue tras una cena frugal, por no decir rácana, en la que todos salimos con hambre. Anteriormente a las 14:00 horas nos habíamos dirigido a Albert Dock, donde se encuentra la Tate Gellery de Liverpool. Allí repartimos las hojas con las cuestiones que tienen que responder buscando la información por todo el museo y los dividimos en dos grupos: ellas con Álvaro Jr y ellos conmigo. Los chicos respondimos a todas las preguntas y nos reímos un rato con cosas que nos parece increíble que se consideren arte (os dejamos una foto de ejemplo). Entre bicicletas tipo tandem, una pierna de un maniquí, un objeto envuelto con un cordel de esparto, un jacuzzi con unas cabezas, etc. los comentarios fueron de todo tipo menos “interesante”. Por otra parte, entre tanto despropósito había un Picasso, un Matisse, un Cezanne y alguna otra pieza interesante, aunque a ellos el que más les gustó fue el que se veía a través de la ventana pues se podía contemplar el mar de un día gris y lluvioso como en un cuadro. Terminada la visita, repasamos las respuestas a las preguntas y nos dimos unos 45 minutos de asueto para ir a tomar un café o a comprar chorraditas de recuerdo por las tiendas del puerto.

Fue un día largo y completo, desde las 08.30 hasta las 22.30 que regresamos a casa, hemos hecho un montón de cosas y el tiempo se nos pasó volando.

15.- Crosby Beach

 

Hoy al llegar al cole nos encontramos invadidos por la bella Italia. Un numeroso grupo de estudiantes transalpinos se se han incorporado a las aulas hoy, así que a muchos de los nuestros les han tocado en las aulas. Tras las clases y conseguir que la tarjeta de Adrián por fin cumpliese con su cometido, nos pusimos a nuestro lunch.

Tras la comida un ratito de asueto y nos fuimos al bus que compartíamos, como no, con los italianos y nos fuimos a Crosby Beach con una tarde soleada ideal para estar en la playa. Este lugar es famoso por contener un centenar de estatuas de hierro de aproximadamente 1,90 de altura y 650 kg. de peso, que se extienden a lo largo de la playa unos 3,2 Km. Estas figuras representan a su autor, Anthony Gormley, y han formado parte de una exposición itinerante durante años por Alemania, Noruega y Belgica y estaba planeado que después de Liverpool se trasladasen a Nueva York, pero se tomó la decisión de que quedasen aquí permanentemente.

Al llegar descubrimos la preciosa playa, que aunque poco recomendable para el baño por su insalubridad era muy apropiada para practicar deportes como el fútbol pues es muy llana y la marea baja deprisa. Con estos conocimientos comenzó un torneo de fútbol en el se juagaba el Tres Naciones: Italia, Francia y España. En la primera ronda España cayó derrotada por 3-0 ante Italia, que nos borró del partido, así como hizo con Francia. Ante estos últimos ganamos 1-0 con un espectacular gol de “James” Felipe que la bajó con el pecho a pase de Diego, acomodó el cuerpo y sin dejar que el baló tocara el suela la golpeó con el empeine marcando un gol antológico, que no recogieron las cámaras pero que nosotros queremos relatar desde aquí para que quede constancia. En definitiva, quedamos segundos. Aunque tenemos opción de revancha el viernes sobre la hierba del parque que visitaremos.

Mientras estos futboleros perseguían el balón intentando evitar que los derrotaran los demás jugaban con hula-hop o freebys o se dedicaban a ver las diferentes estatuas que a medida que la marea bajaba emergían del mar como pequeños submarinos que van asomando la cabeza, al tiempo que causan una impresión inquietante.

Luego a los buses y un ratito de relax por el centro hasta las 17:30, hora de recogernos sin novedad. Bueno. sí, una; Marta y Marta Mª son tan despistadas que siguen pasándose de parada, menos mal que van hasta cerca de la nuestra y las avisamos porque sino alguna vez harían el viaje de regreso. ¡¡Miedo me dan estas por Londres y su metro!! Advertidas están.