viernes, 26 de julio de 2013

25 Return

 

 

P1100139 Aunque inmensamente tristes emprendimos el regreso a España. La mañana del jueves la pasamos en el cole en nuestra sala de juegos con los partidos de FIFA y ping-pong o en la piscina o sencillamente charlando, mientras esperábamos para grabar un Harlem Shake, que supuestamente iba a tener lugar a las 10.00, luego se pospuso para las 10.30 y al final acabó teniendo lugar a las 12.00, cuando ya teníamos que emprender rumbo al aeropuerto.

Así que uniformados con nuestra camiseta de SC azul y nuestra mochila amarilla nos dirigimos al caótico aeropuerto de Miami, con el temor en el cuerpo de no sobrepasar los 23 kg. estipulados como carga máxima. Allí pasamos la prueba del algodón con sobresaliente, aunque Silvia tuvo que abrir y retirar alguna cosilla para ajustarse al peso; una vez en la zona de embarque nos quedaban unas dos horas para merodear por tiendas y cafés, pero no es este un aeropuerto que destaque por eso. El lugar más visitado fue Dunkin Donuts del cual venían aprovisionados con sus correspondientes cajas de dulces para soportar de mejor grado las largas horas nocturnas de vuelo y así se fue pasando el trayecto sobre el Atlántico, unos durmiendo otros en un duerme-vela permanente y algunos de vigilia total viendo películas o charlando.

P1100142 A la hora fijada llegamos a Madrid y aquí llegó el momento más triste. No había manera de consolar a toda aquella masa de tristes estudiantes que lloraban e hipaban porque las amistades que se crearon en estas tres semanas tienen visos de perdurar. Unos prometieron venir a Galicia (Cordero, Torres, Rubén), otros juraban ponerse pesados con sus padres para que les dejen hacerlo (Diana) y otros con más sangre fría asumían la separación como algo ineludible (Santi), lo cual aún irritaba más a sus íntimos. Tras recoger sus equipajes y entregarlos a sus padres, regresamos a la zona de embarque, porque aún nos quedaba nuestro sonriente canario Quino por despedir pues su vuelo a Las Palmas salía casi al tiempo que el de los gallegos. Así que otra vez, el replay, de dos horas antes: abrazos, últimas fotos, besos, y la frase más repetida “No se llora, eh, no se llora”.

Así que paulatinamente nuestro escuadrón fue perdiendo efectivos y cuando llegamos a Ourense, de los 30 que partimos de Miami, nos bajamos del bus 15, pues otros seis se quedaron en Vigo, pues sus padres no querían esperar más para abrazar a las criaturas.

Un año más hemos llegado a buen puerto y espero que todos hayan disfrutado de las actividades que realizamos y de las que tenéis el informe en este blog; gracias a todos los chicos por hacer que los profes también disfrutásemos de estos días y comentaros que la escuela me ha pedido que os transmita la enorme satisfacción que ha sido para ellos trabajar con un grupo de estudiantes tan diligentes, respetuosos y puntuales como ellos; aunque hay que añadir, que por momentos un tanto ruidosos.

¡¡Nos vemos el próximo año!!

1 comentario:

  1. Lástima que terminó.... Este año se me ha hecho cortísimo. Ahora, como en los San Fermines, ya solo quedan 364 días para el siguiente. Solo agradeceros vuestro buen hacer. Devuelveles las gracias a los profesores que hicieron esos comentarios. Yo todavía estoy buscando el botón del volumen para poder bajárselo a mi hijo. Si lo encuentro, para el año, lo pondré en modo "silencio". Me olvidé de entregarte la pancarta. Besitos. La de siempre

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