miércoles, 10 de julio de 2013

09 Museum of Discovery and Science

 

P1080547 La mañana comenzó con la rutina habitual, unos se rascaban las temibles picaduras de estos voraces e insaciables mosquitos, especialmente Silvia y Cristina L., y otros sufrían los rigores del calor de los días anteriores, véase Santiago y Rubén como caballos destacados, pero otros muchos no nos escapamos de esta plaga: Saúl, Sofía, David o yo mismo.

Tenemos dos clases cada mañana: a las 08.30 tenemos Language Use y a las 10.30 tenemos Active English, según la clase en la que se encuentra cada uno será así o viceversa. A las 12.00 salen y tenemos el almuerzo esperado: hoy nos ha tocado arroz con pollo (bastante bueno, por cierto), bolsita de patatas fritas y pieza de fruta. No hay queja…. bueno, sí, una: no nos dan bebida, de manera que todos van a la fuente refrigerada del pasillo y rellenan sus botellas.

A las 12.30 nos apremiaron a irnos al bus escolar porque la película del cine IMax comenzaba pronto y querían que diésemos un paseo por el museo antes de pasar a la sala. Tras meternos en el tráfico de la Federal Highway transitamos unos 20 minutos en este incómodo “tractor amarillo” y cruzamos por las inmediaciones de la escuela en la que habíamos estado en el 2010 y la estación de autobuses donde cogíamos cada tarde el bus a casa.

P1080554 Una vez en el Museo salieron todos en diferentes direcciones para disfrutar de las “exhibits” que tenían. Este es un museo donde tienen que tocar todos los elementos, o montarse en los diferentes simuladores de vuelo, o de un viaje espacial a Marte, o un viaje virtual en un “airboat” a las Everglades o ver tortugas, nutrias, caimanes, peces, tarántulas, etc. Incluso una empleada pasea por las salas con una pitón de dos metros colgada de su cuello para que la gente la acaricie (se entiende que a la serpiente). Tras una visita rápida nos fuimos al cine de pantalla gigante donde, con sus correspondientes gafas de colores, disfrutaron de la película “Man of steel”, la nueva de Superman, en 3D. Al ser todo acción, los malos contra los buenos, era fácil de entender aunque a algunos los diálogos les resultaron complicados, menos mal que eran escasos, intrascendentes y previsibles. Lo peor fue el frío que pasamos; esta costumbre de poner el aire a la temperatura del Polo se hace difícil de soportar: unos utilizaron sus chaquetas, alguno la toalla y otros lo aguantaron impertérritos e, incluso, los hubo que consiguieron dormir.

Tras dos horas largas de palomitas, luchas, edificios destruidos, camiones por los aires, naves espaciales y toda la parafernalia que estos superhéroes requieren, abandonamos el cine y nos dimos otro paseo por las salas para intentar completar las tareas que les habían puesto los profes respecto al museo, aunque alguno, prefirieron hacer los rompecabezas, echarle un pulso a la máquina o probar otros simuladores que, según ellos, “ya buscaremos por Internet las respuestas al cuestionario”.

Una vez de vuelta en La Quinta, nuestro cole, teníamos un ratito para jugar a la XBox o para una partida corta de ping-pong antes de que llegaran las familias. Mañana veremos que nos depara el día.

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