Hoy cambiamos de punto de reagrupamiento y dejamos abandonado el “pario” (pronunciación inglesa para “patio”, como ya comenté) y nos encontramos cada mañana en la Common Room (sala de estudiantes) donde cada uno se presenta a la “Cabo Primera” Cristina para anunciar que ya ha llegado sin novedad. De momento todo sale según lo planeado y cuando “no news, good news” (no hay novedad es una buena noticia), así que cada uno a su pecera para empezar las clases, mientras nosotros solventamos flecos, como negociar lo del viaje a Orlando.
A las 12.00 comida. Hoy ha habido bastantes detractores del pollo con ensalada, especialmente por una salsa “caesar” con la que rociaron todo y que a algunos no les resultó muy atractiva, pero todos aprovecharon bien las galletas cookies y la manzana que incluía como complemento. Tras unas risas, un poco de música, intercambio de aventuras y demás nos encaminamos a nuestro transporte amarillo de cada día; nos esperaba un trayecto de 45 minutos hasta el centro comercial de Sawgrass, que la conductora salvó en sólo 25 por su habilidad para encontrar la ruta menos transitada.
Sawgrass Mills Mall es una ciudad en si misma en la que te perderías sino dispusieras de un mapa. La vista aérea del recinto tiene forma de cocodrilo y en él se encuentran unas de trescientas cincuenta tiendas de todo tipo; según su slogan es el más grande del mundo (y si no lo es poco le faltará). Una vez allí nos quedaban por delante 3 horas de compras pues nos reuníamos de nuevo a las 16:50 para regresar.
Bueno a partir de aquí poco os puedo contar porque los perdí de vista como cuando uno levanta una alfombra y las cucarachas salen huyendo en todas direcciones; ni rastro; peor que en “Novia a la fuga”; tanto fue así que no conseguimos seguirlos con la vista. Si alguno cruzamos en ese lapso de tiempo ni se paró, ni dijo “hola”, un simple “adiós” para que no le entretuvieras.
A las 16.50 casi todos estaban de regreso a lo “Pretty woman”, llenos de bolsas de todas formas y colores: las más socorridas las de Victoria’s Secret, Forever21, Gap y las de las diferentes tiendas deportivas con sus zapatillas y gorras de baloncesto, camisetas y demás material susceptible de meter en una maleta. “¡¡Bien, vamos a contar si estamos todos!!” “Vaya faltan cuatro" y ya son las 16.58 y a lo lejos se ven dos jinetes corriendo desbocados: Torres y Alberto; “¡Vaya, qué lástima! Los primeros en contribuir a la saca con 1$ cada uno por el retraso” Pero seguían faltando dos, uno ya clásico él en estas circunstancias, Carlos, y otro menos rutinario pero igual de apasionado por las compras, Javier, que depositaron en la saca 2$ cada uno por superar los 10 minutos de retraso. ¡¡Es un buen comienzo, 6$ en una tarde puede darnos para muchas pizzas al final del curso para disfrutar!!
Lo peor es que en el segundo bus, una de las chicas se perdió y no hicieron esperar 25 minutos a que regresara. ¡¡Lástima no tuviera que pagar!! ¡¡Ella sola invitaba a una ronda de pizza!!
Rápido embarcamos en en el bus para guarecernos de la tormenta que comenzaba a calar, aunque no duró más de 10 minutos. Al llegar al colegio, familias esperando y niños a cada coche para regresar a casa.
menos mal que no te hacen esperar en las tiendas con los bolsos y mochilas para ir mas ligeros
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