¡¡Os pongo esta foto de entrada para que veáis que tiempo tan bueno estamos teniendo y que disfrutéis de un atardecer desde Formby, a donde llevaremos a los chicos el jueves!! Con este clima tan formidable nada mejor que irnos de crucero por el río Mercey, que como sabéis desemboca en Liverpool.
Este río, con una longitud de unos 113 Km no es que sea demasiado largo pero tiene profundidad suficiente para que por él entren los barcos mercantes a descargar sus productos a lo largo del estuario de unos 3 km de ancho. Su nombre proviene del anglosajón y significa “rio de la frontera”, pues dividía históricamente los condados de Lancashire y Cheshire. En la actualidad a lo lejos se pueden ver aerogeneradores colocados en la línea del horizonte sobre el mar y más al norte una plataforma petrolífera. Con todo esto en la memoria, subimos a bordo del ferry y nos colocamos en popa al sol. Estaba una tarde espléndida y disfrutamos de una paseo de 55 minutos, aunque a algunos el calor les fue derritiendo las ideas y, a medida que transcurrían los minutos, abandonaron la cubierta y bajaron a refugiarse en la primera planta donde disponían de mesas y sillas. Allí jugaron su partida de cartas al “asesino” mientras veían el paisaje por las escotillas.
Finalizado el recorrido, toda la tropa abandonó la nave… ¡¡Todos nooooo!! Faltaban dos grumetes que se habían quedado a bordo y no aparecían ni contestaban al teléfono y el ferry iba a zarpar de nuevo. ¡¡Ni contestaban al teléfono, ni daban señales de vida!! Pero en cuanto gritamos “fueeego”, asomó Isabel por la pasarela y tras ella Ivana. ¡¡Menuda guasa tenemos con Isabel y el incendio!!
Para completar el día nada mejor que irnos al Museo Marítimo donde tienen una exposición de los diferentes barcos de la White Star Line, la famosa naviera del Titanic. No olvidemos que Liverpool fue la segunda ciudad que visitó el tristemente famoso trasatlántico tras abandonar Belfast y antes de dirigirse a Southampton. Allí descubrimos historias verdaderas y falsos mitos sobre el Titanic, vimos objetos decorativos del mismo, la disposición de las mesas, fotos y demás recuerdos de esa aciaga nave.
A las 17.00, saltamos a tierra y emprendimos camino al centro para tomarnos un refresco mientras daban las seis e irnos a casa. ¡¡Qué bien nos lo hemos pasado!! ¡¡Cuánto nos hemos reído!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario