jueves, 26 de julio de 2018

26 NATIONAL GALLERY

Ha llegado el momento de despedirnos, así que esta es la última entrada de la temporada. Los chicos también se han despedido hoy en el colegio y cada uno ha recibido su certificación con las notas y el nivel de aprovechamiento durante estas tres semanas (desde el nivel más inferior, A2, hasta el más alto, C1). Ellos han recibido las notas y nosotros las felicitaciones por parte del profesorado y la dirección por su participación y su comportamiento durante la jornada académica.

Una vez terminado nuestro "suculento lunch", hoy teníamos planificada una visita muy artística al National Gallery de Dublin. En este museo se encuentran algunos cuadros de los más famosos pintores de la historia del arte: Picasso, Rubens, Velázquez, Rembrandt, Vermeer... Aprovechamos para ver las obras y, al mismo tiempo, algunas se dedicaron a posar imitando a las mismas. Tanto se metieron en los papeles que alguna incluso quería imitar a un ciervo solitario que aparecía en un cuadro, pero la disuadimos de su idea. 

Tras hora y media deambulando por los pasillos de esta grandísima pinacoteca, nos fuimos a visitar a nuestra más que ansiada Molly Malone, que finalmente habíamos localizado hacía unos días. Allí dejamos constancia de nuestra visita con una fotografía y nos fuimos directos al Hard Rock Café, por aquello de no perdernos uno de esos sitios "míticos" que siempre llaman la atención. 
Como la tarde lo requería, nos tomamos un ratito de tiempo libre porque algunas necesitaban desesperadamente una maleta extra para poder trasladar todas sus nuevas posesiones y no excederse en el peso permitido en el avión; y otros querían comprar sus últimos regalitos para la familia y amigos.

A las 17:30 estábamos todos en el punto de encuentro y nos fuimos a casa dispuestos a preparar nuestras maletas.
¡Por cierto! Como viene siendo habitual, en esta última entrada los chicos suelen solicitar una comida especial a su regreso y esto es lo que nos han pedido los que se han acordado (padres, madres y demás familia: ¡tomen nota!)
  • Eva: tortilla de patata (la de papá, no una cualquiera)
  • Iria: tortilla de patata
  • Nayara: tortilla de patata / churrasco
  • Antía: croquetas
  • Ángela: callos (¡¡qué valor!!)
  • Paula M: (sin petición especial, se adapta a lo que le pongan)
  • Kike: Tortilla + Pimientos de Padrón + Sidrina
  • Paula V: Jamón y croquetas
  • Pedro: tortilla de patata + salmorejo (le tira la patria sureña)
  • Clara: (otra como Paula M, se adapta a lo que haya en la mesa)
Por fin tenemos la lista de todos, así que... ¡vayan preparándose que mañana llegan hambrientos!

miércoles, 25 de julio de 2018

25 SHOPPING


Celebrando o 25 de xullo
Tal día como hoy, hay que inaugurar nuestra entrada con esta foto, que conmemora el Día de Galicia y que los chicos celebraron cantando el himno en el centro comercial que visitamos.

Los nuevos ricos
Al terminar las clases de hoy hicimos recuento de los gastos para saber cuanto le devolvíamos a cada uno al final del curso de aquella cantidad que los padres habíais aportado para actividades extra o imprevistos. Después de haber asistido a Riverdance, haber ido a ver la película The Incredibles 2, haber celebrado la cena de hoy, unos regalos de recuerdo para cada uno y algunos imprevistos, la cantidad sobrante es de 55€, de los cuales les entregamos 50€ por si hay alguna novedad estos dos días, sobre todo por lo que presagia la huelga de Ryanair en curso. Así que ya tenían dinerito fresco para gastar por la tarde.

Nos fuimos a Dundrum Town Centre, un complejo de tiendas que en su momento, y de esto no hace mucho, se catalogó como el tercero de Europa en tamaño, aunque desde nuestro punto de vista no le hace sombra a Marineda City. Por otra parte, su estructura es bastante compleja, con entreplantas entre pisos o tiendas a las que se accede a través de otras; aunque para nuestros soldados esto no fue ningún impedimento y encontraron todo lo que buscaban y también lo que no buscaban, pero que aparecía. Así que tres horas después, el que más o el que menos aparecimos con una bolsita en la mano. Antes de lanzarse a la frenética batalla de las compras, Iria descubrió un piano en medio del complejo y nos deleitó con una de sus interpretaciones, que todos agradecimos con una gran ovación.


Todos ufanos, nos dirigimos a Dante's Pizza, donde teníamos acordado desde hace un par de días una pizza mediana por cabeza y un refresco o agua. Muy amablemente Pedro, nuestro camarero (no nuestro compañero), nos fue sirviendo enseguida a cada uno lo que había sido su comanda y entre fotos y cháchara en 40 minutos habíamos terminado nuestra cena. Después de un mes alimentándonos de sándwiches... ¡había fame!

Al salir del restaurante nos fuimos a buscar un helado o un batido para darnos totalmente por satisfechos y desde ahí al tranvía. El Luas, nombre con el que se denomina este nuevo medio de transporte, nos trasladó mucho más rápido que el bus 17 a las cercanías de la casa de Eva y Clara y la de Kike y Pedro, quienes ya se quedaron en su barrio y los demás nos fuimos a la calle central a coger el bus que nos dejaría muy cerca de casa, cada cual cargando con sus compras para estrenar lo antes posible. Esta vez se llevó la mayor parte de la ganancia Hollister, aunque alguna se fue con algo de Pull & Bear. Hay que hacer patria, tal día como hoy.



martes, 24 de julio de 2018

24 IRISH NATIONAL HERITAGE PARK



En cuanto llegó David, nuestro activity leader de la escuela para el día de hoy, (quien por cierto, rompe las normas habituales, ya que tenía los 60 bien cumplidos, cuando normalmente no suelen tener más de 20) montamos en nuestra particular nave del tiempo durante casi dos horas y nos trasladamos a los albores de la historia de Irlanda en el INHP (Irish National Heritage Park, abreviado de aquí en adelante).
Allí nos esperaba Alan, quien tomaría el mando de la expedición y nos llevaría de poblado en poblado, es decir, de era en era, explicándonos todos los pormenores de cada una.

Cada una de estas etapas de la historia estaba representada por distintas reproducciones en tamaño real de viviendas, fuertes, dólmenes, etc. 
La primera tarea fue ver un vídeo que nos introduciría en lo que iba a ser la visita que teníamos programada. En él conocimos algunos de los lugares arqueológicos más importantes del país, que todavía se conservan, como Newgrange o Hill of Tara. 
A la salida, emprendimos la ruta a lo largo de este parque de 14 hectáreas siguiendo el orden cronológico en el que fueron sucediendo los acontecimientos más relevantes de la historia del país: desde la época prehistórica hasta las invasiones vikingas, pasando por la cristianización y la época de St. Patrick. Todo ello adornado con la gracia tan particular de nuestro guía, que nos hizo pasar un buen rato a todos con sus bromas y chascarrillos, al tiempo que nos ilustraba sobre el lugar. Por cierto, acabó regalando a Cristina una moneda vikinga por hacer una buena pregunta sobre esta raza, aunque otros también le lanzaron cuestiones, como Eva, pero no recibió tal regalo.

La visita terminaba sentándonos todos en un gran barco vikingo, pero cuando nos acercábamos al mismo, Kike tropezó y dio con sus huesos en el suelo, así que lo tenemos un poco rasguñado y dolorido (pero sano y salvo). 
Una vez acabada nuestra visita de dos horas, regresamos de nuevo a nuestro autobús y emprendimos el camino a casa. Muy amablemente, el conductor nos dejó a todos lo más cerca posible de nuestras casas y no fue necesario volver de nuevo al colegio, ahorrándonos así media hora de nuestra tarde para llegar a cenar lo antes posible e poder descansar, pues tanto a la ida como al regreso el sueño venció a la mayoría.

lunes, 23 de julio de 2018

23 CROKE PARK



Probablemente muchos de nuestros lectores hayan estado en muchos campos de fútbol por el mundo entero, desde el Bernabeu o  el Camp Nou, hasta cualquiera de los miles que existen en nuestro país o continente. Algunos con más solera que otros (Anfield, San Siro, Old Trafford, Alianz Arena...) u otros más modestos (O Couto, Los Pajaritos, etc.) Pero estoy seguro de que muy pocos habéis visto un estadio de las características de Croke Park, y todavía menos habéis presenciado en directo un partido de hurling o fútbol gaélico.

Explicamos el tema. Este lugar puede albergar a unos 83.500 "supporters", es decir, es el tercero de Europa en capacidad tras el Camp Nou y Wembley y sobre su césped se pueden poner tres campos de fútbol oficiales en paralelo a lo ancho... quizás sea por eso que cortar esta alfombra requiera de ocho personas durante cinco horas para realizar la faena.

Croke Park es el estadio nacional de dichos deportes, por eso no hay vestuario local y visitante; los cuatro vestuarios existentes son exactamente iguales. Volviendo al tema de su tamaño, por su gran envergadura se requieren quince jugadores por bando y se pueden hacer hasta cinco cambios en un partido de hurling o fútbol gaélico. Cada parte tiene una duración de 35 minutos y las porterías tienen forma de H, de tal modo que si la pelota pasa entre los postes por encima del larguero se obtiene 1 punto pero si entra en la portería su valor es de 3 puntos.

El hurling se juega con un palo híbrido entre stick de hockey y bate de béisbol y una pelota similar a la del deporte americano. Se puede rodar o trasladar y golpear con el "bate"; el fútbol gaélico es una mezcla de rugby y fútbol tradicional, en el que se puede correr con la pelota en la mano o patearla cunado la situación lo requiera. Ambos son deportes duros y nobles, en los que es inadmisible actitudes "tipo Neymar", "piscinazos" o "teatrillos".  Ahhh, ¿¿y sabéis lo mejor de todo?? Esta gente no cobra ni un euro por dedicarse a este deporte, lo hacen únicamente por defender al equipo que representa a su pueblo o ciudad y nadie se cambia de equipo a lo largo de su vida deportiva. A día de hoy, esto suena muy raro cuando vemos las cifras astronómicas que algunos deportistas de élite perciben.

Bueno, pues a este estadio nos dirigimos y todo esto que os hemos puesto arriba fue lo que nuestro guía nos explicó durante los 45 min que duró la visita, mientras nos paseábamos por los vestuarios, por los túneles y, por supuesto, las gradas (porque el césped no se puede pisar). Como ya podéis suponer, esta fue la actividad que realizamos tras las clases de esta mañana, en las cuales no hubo nada digno de destacar, salvo una nueva visita al médico. En este caso fue el turno de nuestro cuidador oficial, Kike, que sufría una tos tenebrosa consecuencia de una sinusitis y que paliaremos con unos antibióticos y un espray nasal.

Finalmente regresamos todos al colegio a las 16:45 h y, de ahí, unas se fueron a lavarse y plancharse el pelo, otros a cuidarse la tos, otros a la ducha... y los demás nos quedamos un rato en el césped del colegio charlando, riéndonos y contándonos historias. ¡Y hasta aquí por hoy!


domingo, 22 de julio de 2018

22 DUN LAOGHAIRE

En este mundo que vivimos tan vertiginosamente y no nos da tiempo a apreciar el valor de la tranquilidad y el sosiego... bueno, pues hoy hemos roto con todo eso y nos hemos dedicado a la vida contemplativa en su sentido más pleno, sin prisas, sin agobios, sin ir de un lado a otro corriendo. Así que quedamos a las 10.45 para que pudiesen dormir un buen rato, lavarse el pelo y plancharlo, lo cual es toda una proeza en los días ordinarios. A alguna le llevó más tiempo del que consideraban en un principio y volvieron a llegar tarde, pero como no había prisa, pagaron y punto.

Nos fuimos al famoso tren DART junto con los cuatro chicos valencianos que decidieran ayer acompañarnos y nosotros encantados, pues son muy buena gente y hacen migas con los gallegos. Nuestro destino era Dun Laoghaire (esto se lee: "dan liri", más o menos, para que veáis qué difícil es el gaélico): un pueblecito costero que se encuentra frente a Howth, recordáis, al otro lado de la bahía. Dun Laoghaire se encuentra a unos 12 km al sur de la capital y durante la época de invasión inglesa se denominó Kingstown y luego Duleary (pronunciación inglesa de su nombre original) pero tras la instauración de la república irlandesa recuperó su nombre original; Dun (fortaleza) Laoghaire (famoso rey relacionado con S. Patricio y la cristinización de Irlanda). Hoy por hoy es una zona de descanso y ciudad dormitorio de la gran capital, con muchos trabajadores yendo y viniendo de una a otra.

Al desembarcar de nuestro tren, nos dirigimos a dar un paseo por el muelle y nos acercamos al faro que se encuentra al fondo, plagado de familias que iban paseando a sus perros, cada cual más ufano, y disfrutando del buen tiempo. 
A ratos nos paramos a observar la gran cantidad de medusas que se podían ver desde lo alto del muelle, y a ratos nos dedicamos a hacernos fotos para dejar constancia de nuestro paso por allí. Una de las atracciones que causó más sensación fue ver cómo un hombre tiraba una botella al mar y su perro, más chulo que un ocho, iba a buscarla a doscientos metros de la orilla y volvía con ella, deseando que se la tirasen de nuevo. Todo ello sorteando las "peligrosas" medusas y con el mayor afán.

Tras una hora de paseo nuestros estómagos ya empezaban a demandar alimento, de modo que nos encaminamos al mercadillo que se celebra cada domingo en People's Park, a escasos metros de la entrada del puerto. Allí nos encontramos con un ambiente festivo, lleno de puestos de comida de toda índole y nacionalidad: tailandesa, japonesa, china, árabe... ¡e incluso española! En este puesto servían paella, croquetas y unas patatas bravas que, según aquellos que las probaron, no estaban nada mal. Como el tiempo acompañaba, nos tiramos en el césped a disfrutar nuestros manjares relajadamente y sin ninguna prisa. Algunos se echaron una minisiesta, otros jugaron a las cartas y otros se sacaron de móvil y aprovecharon para contestar a las preguntas del "Yo nunca..." (algunas demasiado escatológicas y otras demasiado personales). 

Solamente teníamos un proyecto de actividad metido en la cabeza y este era visitar The Oratory of the Sacred Heart. Esta pequeña capilla, que se encuentra escondida tras un centro comercial y en un discreto barrio residencial, contiene un tesoro que no mucha gente conoce. La fascinante historia de la capilla es la que sigue:
Tras la I Guerra Mundial se creó este pequeño lugar de oración para conmemorar el final de esta contienda. El gobierno de una ciudad francesa ofreció una estatua del Sagrado Corazón como regalo para conmemorar a los irlandeses fallecidos en la batalla de Flandes a la pequeña parroquia de Kingstown (más tarde, Dun Laoghaire), pero ni la parroquia ni la comunidad de los Christian Brothers quisieron aceptarla, puesto que se consideraba un símbolo de traición. Finalmente, la hermana Concepta Lynch, del convento de las dominicas, la acogió y la colocó en el pequeño oratorio. Debido a que esta mujer era la hija de un fallecido artista gaélico y se había hecho cargo del estudio de su padre antes de convertirse en monja, le pidieron que decorase con pinturas la pared que se encontraba tras el altar del Sagrado Corazón. El resultado fue tan impresionante que le rogaron que pintase el resto de la capilla y así lo hizo durante dieciséis largos años (1920-36), compaginándolo con su vida como hermana dominica y profesora en el convento. Las paredes están plagadas de hermosos dibujos con preciosos colores y brillos que representan símbolos clásicos de los primeros cristianos irlandeses, como la cruz celta, y animales míticos como dragones, pájaros... 
Tanto tiempo dedicó a esta tarea que finalmente falleció de cáncer, causado por la toxicidad de las pinturas que utilizaba. Su obra ha ganado ya varios premios de arquitectura por su valor artístico.
Todo esto nos lo explicaron dos guías estupendos que, tras dividirnos en dos grupos, nos mostraron el lugar y también nos enseñaron un pequeño vídeo. Tras la experiencia, la mayoría firmaron en el libro de visitas para indicar lo mucho que les había gustado.

Después de maravillarnos con este pequeño tesoro, dejamos un poco de tiempo libre para que algunos fueran a tomarse un café, pero a algunas les dio tiempo a comprarse tops, zapatos, planchas del pelo, uñas postizas... ¡y todo en 50 minutos! (excusamos dar los nombres de las susodichas). Tras este día de relax, nos volvimos, unos en el bus y otros en el tren, a nuestras respectivas casas para descansar y estar preparados para nuestra última semana irlandesa, que comienza mañana.


sábado, 21 de julio de 2018

21 GALWAY & ATHLONE CASTLE O UN CUENTO CHINO

Esta mañana a primera hora ya estábamos todos dispuestos para coger nuestro autobús con destino a Galway. Estábamos todos más que ansiosos por saber si es verdad que las chicas de Galway son tan guapas como dice Ed Sheeran y lo cierto es que no encontramos respuesta a nuestras preguntas. No tanto porque no buscásemos (con cierto afán algunos), sino porque el tiempo tan limitado que tuvimos en Galway nos lo impidió.

Galway es una ciudad de unos 80 mil habitantes que se encuentra al otro lado de la Isla Esmeralda (Emerald Island, nombre familiar que recibe Irlanda). Por lo tanto, para llegar a esta ciudad hay que cruzar todo el país, lo cual nos llevó unas tres horas (aunque originalmente deberían haber sido dos horas y media). Este lugar es famoso por diferentes razones, la primera relacionada con España y la Armada Invencible, en la que nuestro país perdió 37 barcos y unos seis mil hombres fallecieron en la contienda. En consecuencia, hay un cementerio famoso donde hallan enterrados muchos españoles. Mucha gente piensa que los oriundos de Galway no tienen "aspecto irlandés" porque muchos soldados heridos españoles se quedaron en la isla y se entremezclaron con las personas autóctonas. Pero esto no es del todo cierto, ya que la razón más probable es que esta ciudad tenía un gran volumen de comercio con España y Francia, tanto que incluso uno de los monumentos famosos es el Spanish Arch, o Arco Español. Quizá sea gracias a esta mezcla hispánica que las chicas de Galway son tan guapas.

Otra de las grandes proezas del lugar es que tiene la honra de haber sido la primera ciudad de Europa en gozar de electricidad, mucho antes que otras famosas como Londres o París. Esto pudo lograrse gracias al río Corrib, que atraviesa la ciudad, y en el que se instalaron las turbinas generadoras.

Y ahora os preguntaréis, ¿a qué viene eso del cuento chino si estamos en Irlanda?

Pues empecemos por el principio. En nuestro bus viajábamos dieciséis españoles, varios italianos y rusos y UN CHINO. Era solo uno, pero valía por toda China junta. Su nivel de inglés se puede comprobar en este diálogo (basado en hechos reales):
- How old are you? (¿Cuántos años tienes?)
- Thank you. (Gracias.)
En definitiva, nuestros guías (dos amables y encantadores señores jubilados) nos dieron una hora para perdernos entre el gentío y ver  el centro de Galway. Pero el chino se lo tomó de forma demasiado literal y se perdió de verdad (conste que ese centro es una calle peatonal recta de unos 300 metros, no más larga que la calle del Paseo de Ourense). Llegada la hora del reencuentro, hete aquí que nos falta uno: el chino no aparece. Nadie conoce al chino, nadie tiene el teléfono del chino.... y el pobre tiene poca capacidad de orientación. Así que nos desplegamos en pelotones a buscarlo por el parque, por el festival y calle abajo. Pero el chino seguía sin aparecer. Llamamos al colegio, que se pusieron en contacto con él a través de un intérprete, pero este no sabía decir dónde estaba. Finalmente, decidimos irnos al autocar (que estaba aparcado en otra calle) a ver si estaba allí y ¡sorpresa! De repente apareció el chino 45 minutos más tarde en el lugar indicados. 
Arrancamos todos hacia el autocar y el chino, bajo la atenta supervisión de Quique, seguía al grupo. Apuradísimos íbamos, porque no llegábamos a la siguiente visita, cuando pasamos por delante del McDonald's y a nuestro prota se le ocurre la maravillosa idea de preguntar si puede entrar a coger algo de comer (lenguaje de signos). Dicho esto, la colleja que recibió por parte de Quique le disuadió de tal empeño. Por favor, que nadie crea que desde aquí estamos a favor de la violencia... pero a veces una colleja de esas caídas del cielo, como que ayuda un poco a entender mejor las directrices.  Todo ello acompañado de la directa expresión: "¡No! ¡Go!" Creo que al ver la cara de Quique y su dedo señalando el camino, el muchacho lo entendió a la primera.

Ya en el bus, nos dirigimos a Athlone, una preciosa ciudad cruzada por el río Shannon, el más largo de Irlanda (322 km). Allí nuestro plan era visitar el castillo y a ello fuimos, al final con solo 15 min de retraso. Una vez dentro de la fortaleza, que data del siglo XII, nos dividieron en dos grupos, uno para ver el exterior y otro el interior, y viceversa. 
Desde lo alto de sus muros sobre el río se divisa toda la ciudad y contiene una serie de exposiciones sobre la vida de los habitantes de la ciudad, sus batallas, las dificultades de supervivencia y demás anécdotas históricas. Aunque creo que lo más divertido para todos ellos fue poder disfrazarse con trajes de época y hacerse un montón de fotos (como siempre).

Antes de darnos cuenta estábamos ya de regreso a Dublín y listos para descansar una noche más. Mañana os contaremos nuestras nuevas historias domingueras. ¡Esperamos que os haya gustado nuestro cuento chino!

¡¡Good night!!




viernes, 20 de julio de 2018

20 SPORTS AND SWIMMING

Hoy no ha sido uno de esos días pródigos en historias dignas de contar; por una parte, la lluvia hizo acto de presencia desde el mismo momento en que nos levantamos lo cual no animaba demasiado; por otra, la jornada iba a ser de puertas para adentro pues tocaba cole de mañana, con sus respectivas clases, y cole de tarde con las actividades deportivas correspondientes y su fantástica piscina climatizada.

Para animar el cotarro, durante el descanso de la comida montamos un torneo de ping-pong en el que resultó vencedor Pedro en las dos tandas y subcampeona Eva asimismo en las dos. Ángela se nos fue a jugar al fútbol junto con Iria y Paula M. Estas dos últimas enseguida se “borraron” porque se dieron cuenta de que aquellos italianos se lo estaban tomando demasiado en serio. Eso de poner a dos nacionalidades forofas del deporte rey con un balón de por medio siempre tiene muchas probabilidades de acabar en tragedia. En un principio, los italianos se tomaron a broma que Ángela quisiera jugar, lo cual esta se tomó como un síntoma de machismo por parte de los trasalpinos y les hizo un par de entradas al estilo Goikoechea (los buenos aficionados del Atletic sabéis de quien hablo) en sus buenos tiempos de defensa. 

Tras hora y media de sudar, nos fuimos al agua. En esta ocasión, Pedro hizo el papel de reportero gráfico, puesto que hoy cumplía su último día sin poder mojarse la cabeza debido al golpe que recordaréis se dio con la puerta de la taquilla. En la piscina Iria siguió con sus clases de salto de trampolín y Antía está mejorando sensiblemente, Quique ha perfeccionado ya su técnica y los demás empiezan a hacer ya saltos mortales (por supuesto, sin riesgo alguno). Para hacer el tema más competitivo, hicimos una lucha de caballitos de mar, en la que resultamos vencedores Clara y yo y, muy dignamente, en segundo lugar, Quique y Antía. Luego la cosa ya fue degenerando y Quique se convirtió en montura y yo en su jinete: ahí ya nos volvimos invencibles, como Babieca y el Cid. Entre unas peleas y otras, tuvimos que ponerle un poco de hielo a Antía porque recibió un cabezazo fortuito en el pómulo. Nada de importancia, heridas de guerra.

Así, a las cinco, cuando la lluvia volvió a aparecer, decidimos romper filas y enviar a la tropa a sus barracones correspondientes porque este fin de semana se presenta agotador y debemos estar lo más frescos posible. 


jueves, 19 de julio de 2018

19 HOWTH

La entrada de hoy casi debería empezarla por el final porque después de un día fantástico, tanto a nivel actividad como climatológico, nos ha fastidiado un poco el transporte. El DART, ese famoso tren que te lleva por la costa, a la ida nos obligó a hacer un transbordo inesperado a mitad de trayecto, lo cual implicó un retraso sensible al destino. 
Al regreso el tema empeoró dramáticamente, pues no sólo se averió antes de recogernos y llegó con 40 minutos de retraso sino que también nos obligó a un nuevo trasbordo una estación antes de nuestro destino. ¡¡Dios, que viaje tan largo!! Y aún nos quedaba el bus 46A en hora punta... En consecuencia, todos con el Whatsapp de la family avisando del retraso y esperando respuestas. En conclusión, que hoy cenamos a la hora española... lástima que lo que hay sobre el plato se parezca poco a lo que nos encontraríamos en casa con mami, sobre todo para algunos, porque a otros los miman a base de bien.

Pero antes de todo esto... a mediodía jugamos nuestro torneo de ping-pong, en el que el ganador fue Pedro con cuatro victorias, seguido muy de cerca por Clara con tres y a continuación Eva y Antía. Mañana volveremos a dar la revancha y esperamos más participantes. Ya hemos descubierto que es una buena idea guardarse una bola en la mochila porque desde que ha llegado esta nueva remesa de italianos, es imposible hacerse con unas palas y una pelota. Así que Pedro es el encargado de la “snitch”.

De ahí nos fuimos a Howth. Este es un pueblecito costero que se encuentra al otro lado de la bahía y que se puede ver desde nuestro pueblo de Blackrock. Allí nos compramos un helado para coger fuerzas y poder subir la cuesta y alcanzar el sendero que nos llevaría a lo largo de unos 6 km por encima de los acantilados hasta la cumbre de la montaña, desde la que se divisan ambos lados de la ensenada. 
Todo ello, pasando por la casa de Yeats, famoso poeta y dramaturgo irlandés que vivió a caballo de los siglos XIX y XX y que fue galardonado con el Premio Nobel en 1923 y el cual residió unos años en esta preciosa localidad. Con un día de sol tan espléndido era imposible no quedarse embelesado mirando el paisaje... y, por supuesto, aprovechar para fotos y poses de "Instagrammers" de esas en las que si me pongo de espaldas, si miro al cielo, si de lado pero que no se me vea la cara, si levantando los brazos... ¡todo un "book"!

Total, que la ruta que debía durar 90 minutos pasó a convertirse en un paseo de dos horas y cuarto y esto no nos permitió llegar a ver la abadía, el castillo o la tumba megalítica... ¡¡Habrá que volver!! 
Paula V. y Nayara se han comprometido a hacerlo con sus respectivas parejas, llegado el momento, y aprovechar un 2X1 de descuento, como en las pizzas. A propósito de ellas, es la primera vez que nos dan la espalda... nunca antes había ido en cabeza del grupo, lideradas por Kike... ¡Esto es el mundo al revés!

Es indudable que esta ciudad tiene un encanto especial que atrae a muchos turistas y amantes de la naturaleza a disfrutar de sus paisajes, su mar y su playa, aunque carece de baños a disposición del transeúnte, porque Kitty (Paula M) y Ángela pasaron un mal rato intentando localizar uno después de tanto despliegue por el monte. 

En conclusión, un día genial, como bien podréis apreciar las fotos. ¡¡Ahhh, y que no se me olvide!! Preparaos para el nuevo invento del siglo de la mano de Paula M.: ¡el "churro creppe"! No os digo más, que si no le podéis robar la idea y luego la pobre se nos queda sin negocio. ¡Hasta mañana!