miércoles, 24 de julio de 2013

23 Snorkeling

 

GOPR0479 Todavía sin recuperarnos de toda las emociones vividas en Orlando, nos reunimos ojerosos para un nuevo día de clase a las 08.30. La mañana fue tranquila para los que asistieron a las aulas, mientras que Elena sufría las consecuencias de un fin de semana de desenfreno emocional en las atracciones y fue baja durante la mañana para asistir al médico y diagnosticarle amigdalitis con su correspondiente tratamiento de antibióticos. La recepcionista del centro de salud ya nos saluda como si fuésemos de la familia.

El arroz con pollo no era lo que más les apetecía para almorzar, así que hubo una solicitud generalizada de visitar el burguer que se encuentra a unos pasos de la escuela, lo cual nos llevó casi 45 minutos de forma que llegamos excesivamente puntuales al bus de la actividad.

Durante la semana anterior habíamos negociado con la escuela que nos llevara a practicar snorkeling, en lugar de ir a algún museo o cualquier otra cosa intrascendente; tras mucho deliberar y suplicar aceptaron hacer el cambio y cumplirnos el capricho… bien sea dicho que nosotros les proporcionamos el lugar, la persona de contacto y la pre-reserva.

GOPR0518 Una vez en el embarcadero nos subimos al Sea Experience, un barco con el fondo de cristal que nos dio un pequeño paseo por los canales hasta salir al mar mientras nos iba explicando, una vez más, todo lo relacionado con las casas y sus propietarios. De hecho, y siempre según el speaker, nos cruzamos al regreso con un velero espectacular al estilo de los del “Cutty Shark Race” propiedad de Johnny Depp, el cual reside aquí frecuentemente. En fin, al llegar al punto de destino sobre una barrera de coral y rocas a una milla de la costa de la playa de Las Olas, nos proporcionaron el equipo: aletas, gafas y tubos. Uno de nuestros monitores americanos, Chris, es especialista en submarinismo y, junto con las dos personas de la tripulación, velaron por la seguridad de todos nosotros. Dos en el agua y uno sobre la cubierta, aparte de una larga cuerda atada a una bolla que nos servía de apoyo en caso de sentirnos cansados.

En esta ocasión teníamos un mar claro y nítido con una visibilidad bajo el agua extraordinaria lo que hizo que disfrutásemos hasta la extenuación, rodeados de peces de colores, grandes y más pequeños, y diminutas medusas inofensivas. Incluso los más reticentes a nadar en profundidades de hasta cinco metros sucumbieron a la tentación y saltaron por la borda. Al cabo de un buen rato comenzaron los juegos: zambullidas de cabeza, los “bomba” o los que querían una foto pegados como lapas al cristal del fondo de la embarcación. Agotados, y a la orden del capitán, regresamos a cubierta y tras el recuento final para comprobar que estábamos todos regresamos a puerto.

P1100100 Había que sacarse el salitre del cuerpo y para ello no hay mejor manera que un buen baño en la piscina y así fue. Tras esto fueron llegando las familias y cada uno regresó a sus casas, algunos acompañados de los nuevos alumnos que se van a alojar estos días con ellos: italianos, alemanes y turcos

Mañana será nuestro último día de clase y nuestra penúltima actividad. ¡¡Pronto los tendréis de vuelta!!

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