lunes, 15 de julio de 2013

14 Miami

 

 

P1080744 Temerosos tras el aguacero de ayer, a las 08.00 abrimos las cortinas para ver qué nos deparaba el cielo. No lucía el sol ni se auguraba que lo hiciera en unas horas al menos, pero, por otra parte, no llovía, lo cual nos alegró. Así que desayunamos y esperamos a que nos recogieran a las 09.00 para recibir a la tropa a las 09.45 con toda la intendencia dispuesta.

Han llegado un grupo de brasileños que comparten familia con alguno de los nuestros, con lo cual el bus ya está hasta los topes cuando partimos con rumbo a Miami. Como ya sabemos es un trayecto de cuarenta minutos que se pasa muy deprisa pues van charlando o escuchando música y llegamos a Bayside. Esta es una zona comercial muy concurrida los domingos en la que hay pequeños puestos y tiendas en un gran centro comercial de dos plantas. Entre sus dependencias hay  establecimientos de magia, Disney Store, camisetas de Miami de recuerdo (que ya os adelanto que alguno recibiréis), tiendas deportivas o el famoso Hard Rock Café. Tras merodear de una puerta otra y hacerse con algún que otro detalle que faltaba para amigos o algún familiar difícil de satisfacer, nos dedicamos a deambular por el puerto viendo los enormes yates, veleros y barcos de alquiler para pesca mientras disfrutábamos del sol que ahora sí lucía calentando el ambiente lo suficiente sin convertirlo en sofocante. Por supuesto, algunos nos acercamos al famoso American Airlines Arena, estadio donde los Miami Heats se hicieron con su tercer anillo, segundo consecutivo, de la NBA.

Cansados y hambrientos despreciamos el bocadillo repetido de ayer y nos fuimos al piso superior donde hay más de una decena de puestos de comida: pescados, carnes argentinas, pizzas y pastas italianas, bocadillos… y unos apostaron sobre seguro y se fueron al Subways o a por las porciones de pizza y otros, un poco más atrevidos, se animaron a la comida china. Una larga sobremesa con risas e intercambio de anécdotas de accidentes o resbalones escolares que han dejado alguna huella en sus cuerpos y exhibición de cicatrices para dejar constancia de las heridas de guerra.

P1080765 A las 14.45 nos desplazamos a la zona de Ocean Drive, donde se encuentra Miami Beach. El tiempo nos seguía respetando y a pesar de que no hacía un sol de justicia, sino más bien una suave brisa, disfrutamos de dos horas de baño con juegos y “aguadillas” entre ola y ola. Algunos, animados tras informarles de lo interesante de la zona, salieron a dar un paseo por la calle más característica de Miami: Ocean Drive, donde se mezclan todas las culturas caribeñas con la americana y la gente disfruta de su cena en las terrazas mientras beben impresionantes cócteles de variados colores, charlan o ven espectáculos de DJs o pases de modelos de Drag-Queens a pocos metros del domicilio del afamado diseñador Versace, puerta ante la cual fue asesinado en julio de 1997.

Con ojos como platos, regresaron al bus, cansados y contentos de lo bien que había ido el día tras una jornada relajada con un desplazamiento corto; nada que ver con las prisas del día anterior.

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